

4 de octubre de 2025 - 9:37 PM
Un periodista de habla hispana que había estado detenido por las autoridades migratorias en Georgia desde junio fue deportado el viernes a El Salvador.
Mario Guevara, de 48 años, cubría una protesta en las afueras de Atlanta el 14 de junio cuando la policía local lo arrestó y luego lo entregó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) varios días después. Sus abogados habían estado librando batallas paralelas en el tribunal de inmigración y en los sistemas de tribunales federales, en un intento por lograr su liberación.
En un video en vivo publicado en Facebook el viernes por la tarde, se ve a Guevara, escoltado por funcionarios del gobierno de El Salvador, saliendo de un vehículo y abrazando a una mujer que le apuntaba con un teléfono con cámara. “Hola mamá”, declaró ante la pantalla.
Miró hacia el cielo, le dio gracias a Dios y dijo que no era así como quería venir a su país.
Publicó una foto en Facebook de sí mismo en un restaurante con un plato de pupusas, el plato emblemático de El Salvador de tortillas de maíz rellenas de queso y otros ingredientes. En otra publicación declaró: “¡Listos para seguir trabajando al doble desde mi tierra, así lo ha querido mi Dios!”.
La deportación de Guevara ocurrió después de que la Tribunal Federal de Apelaciones del 11º Circuito se negara el miércoles a detener una orden de deportación emitida el mes pasado por la Junta de Apelaciones de Inmigración.
Todos los cargos penales presentados contra Guevara desde su arresto fueron desestimados por fiscales locales. Sus abogados argumentaron que estaba siendo retenido en represalia por su trabajo como periodista y para silenciarlo, en violación de sus derechos constitucionales.
El arresto y la detención de Guevara atrajeron condenas de grupos de periodismo, libertad de prensa y libertades civiles. Katherine Jacobsen, del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), dijo que su deportación era “una señal preocupante del deterioro de la libertad de prensa bajo el gobierno de (Donald) Trump”.
“Es vergonzoso que el gobierno de Estados Unidos esté deportando a Guevara, la primera vez que CPJ ha documentado este tipo de represalia relacionada con la actividad periodística”, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional han rechazado sistemáticamente la idea de que Guevara estaba siendo castigado por su trabajo, y sostienen que estaba en el país ilegalmente.
Guevara huyó de El Salvador hace dos décadas por miedo, y acumuló una gran audiencia como periodista en el área de Atlanta. Trabajó durante años para Mundo Hispánico, un periódico en español, antes de lanzar un medio de noticias digital llamado MG News el año pasado. Estaba transmitiendo en vivo en redes sociales desde una manifestación “No Kings” en la que se protestaba contra el gobierno del presidente Trump cuando la policía del condado de DeKalb lo arrestó.
A menudo llegaba a escenas donde el ICE u otras agencias policiales estaban trabajando y con regularidad transmitía en redes sociales lo que veía, en vivo.
En el video de su arresto puede verse a Guevara con una camiseta roja bajo un chaleco antibalas que decía “PRENSA” en el pecho. Se le escucha decirle a un oficial de policía: “Soy miembro de los medios de comunicación, oficial”. Estaba de pie en una acera con otros periodistas, y no se veían grandes multitudes ni confrontaciones a su alrededor.
Los cargos en su contra en el condado DeKalb y los cargos presentados en el vecino condado Gwinnett después de su arresto fueron desestimados. Un juez de inmigración le concedió fianza en julio, pero permaneció bajo custodia mientras el gobierno apelaba.
Un juez de inmigración en 2012 negó la solicitud de Guevara para permanecer en Estados Unidos. Él apeló esa decisión ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, que escucha apelaciones de fallos de tribunales de inmigración, pero se había tomado una decisión sobre esa apelación cuando los fiscales acordaron cerrar el caso administrativamente. Sus abogados dicen que tenía autorización para vivir y trabajar en el país durante los últimos 13 años.
Poco después de que Guevara ingresara a la custodia del ICE en junio, el gobierno solicitó a la Junta de Apelaciones de Inmigración reabrir ese antiguo caso migratorio. Sus abogados no se opusieron a ese movimiento, pero pidieron que el caso fuera devuelto al tribunal de inmigración inferior porque ahora tiene una solicitud pendiente de visa respaldada por su hijo adulto, que es ciudadano estadounidense.
El mes pasado, la Junta de Apelaciones de Inmigración acordó reabrir el caso, desestimó la apelación de Guevara y se negó a devolver el caso al tribunal de inmigración inferior. También ordenó su deportación a El Salvador y desestimó la apelación del gobierno sobre la decisión de la fianza, diciendo que ahora es irrelevante.
Los abogados de Guevara apelaron al 11º Circuito y pidieron a ese tribunal que detuviera la orden de deportación mientras la apelación estaba pendiente.
Ellos argumentan que la decisión de la Junta de Apelaciones de Inmigración y la posterior negativa del 11º Circuito a suspender su orden de deportación se basan en información incorrecta.
Un caso separado cuestionó la constitucionalidad de la detención de Guevara por las autoridades de inmigración y sigue pendiente en un tribunal federal. Sus abogados argumentaron que estaba siendo castigado por su trabajo periodístico y pidieron a un juez que ordenara su liberación inmediata y que no fuera deportado mientras ese caso estaba pendiente.
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