Washington - Los líderes del Pentágono han alterado significativamente la forma en que los funcionarios militares hablarán con el Congreso después de un par de nuevos memorandos emitidos la semana pasada.

En un memorando del 15 de octubre, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y su adjunto, Steve Feinberg, ordenaron a los funcionarios del Pentágono, incluido el jefe del Estado Mayor Conjunto, que obtuvieran permiso de la Oficina Principal de Asuntos Legislativos del departamento antes de tener cualquier comunicación con el Capitolio.

El memorando se emitió el mismo día en que la gran mayoría de los periodistas del Pentágono salieron del edificio en lugar de aceptar las nuevas restricciones del Departamento de Defensa a su trabajo, y parece ser parte de un esfuerzo más amplio de Hegseth para ejercer un control más estricto sobre lo que el departamento comunica al mundo exterior.

Según el memorando, una copia del cual fue autenticada por un funcionario del Pentágono, “los compromisos no autorizados con el Congreso por parte del personal del Pentágono que actúe en su capacidad oficial, por bien intencionados que sean, pueden socavar las prioridades de todo el departamento que son fundamentales para lograr nuestros objetivos legislativos”.

Sean Parnell, el principal portavoz del Pentágono, calificó la medida como un “paso pragmático” que forma parte de un esfuerzo “para mejorar la precisión y la capacidad de respuesta en la comunicación con el congreso para facilitar una mayor transparencia”.

Anteriormente, las agencias individuales y las ramas militares dentro del Pentágono podían gestionar sus propias comunicaciones con el Congreso.

Un segundo memorando, emitido el 17 de octubre, ordenó a un “grupo de trabajo que defina aún más la orientación sobre los compromisos legislativos”.

Los memorandos fueron reportados por primera vez por el sitio web Breaking Defense.