

22 de septiembre de 2025 - 6:51 PM
Milly Rodríguez tiene un trabajo a tiempo parcial, vive con su hija universitaria y recibe mensualmente $275 del Programa de Asistencia Nutricional (PAN). Para poder satisfacer las necesidades alimentarias de su núcleo familiar, complementa ese dinero con $600 que recibe su madre provenientes del Seguro Social.
“Lo juntamos todo para tener más y podernos llevar (comida) para el trabajo, para la universidad. Nos quedamos cortos, pero soy participante de ‘MÁS PAN’. Después de comprar $20 o más en frutas y vegetales, yo llevo los recibos y me dan una caja de alimentos que está valorada en $60. Arroz, habichuelas, salsa... y entonces, ahí, pues eso realmente nos ayuda. La ansiedad es brutal. Es lo que todo el mundo dice. Uno como madre prefiere, pues yo no me llevo comida para el trabajo y llévate tú”, contó Rodríguez este lunes.
MÁS PAN es un programa ideado por el Banco de Alimentos para recipientes del PAN, con el fin de que beneficiarios tengan mayor acceso a frutas y vegetales frescos.
La situación de Rodríguez no es muy distinta a la de Kenneth Paul, un estudiante de maestría que, pese a que solicitó el PAN, se le negó el beneficio porque su mamá lo incluye en las planillas de ingresos. Paul vive solo y subsiste con préstamos que utiliza para cubrir sus estudios y necesidades básicas.
“Mi deuda actual son $40,000, más $39,000, que serían los del año. Este es mi primer año, me faltan tres años más, cuatro años más para graduarme. Así que esa ayudita del PAN me ayudaría a sufragar mis gastos”, dijo Paul, de 22 años.
De otro lado, figuran organizaciones como Vieques Transforma Inc., que integra un programa de seguridad alimentaria dirigido a 2,600 personas y que, mensualmente, encara el desafío de trasladar más camiones con alimentos a la Isla Nena.
Su director, el pastor Urayoán Silva, contó que, aunque los residentes y comerciantes de Vieques deben tener prioridad en el transporte marítimo, en realidad no es así.
“No hay espacio para los comerciantes. Eso nos afecta a todos. El alto costo, imagínate, un camionero está casi 14 horas de viaje para poder buscar mercancía y virar. Le toma 14 horas, literalmente, diarias. Eso pasa a todos nosotros, ese costo a los residentes porque les sale más caro la transportación”, dijo Silva.
“Los transportistas no pueden traer toda la cantidad de viajes. Tienen que limitarlo a los viajes que haya. Y eso nos encarece tanto la accesibilidad a productos frescos como duplica los precios. Si el camión no llega, no hay comida. Y ha pasado”, agregó.
Estos fueron tres de los testimonios que escuchó el comisionado residente en Washington, Pablo José Hernández Rivera, durante una mesa redonda con beneficiarios del PAN y directivos de organizaciones que ayudan a combatir la pobreza y promover la seguridad alimentaria en la isla.
“El propósito de esta reunión fue recopilar historias para luego llevar a Washington y transmitir la urgencia, la necesidad que tiene para Puerto Rico erradicar el hambre mediante programas como el SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria). Y tuvimos la oportunidad de escuchar historias conmovedoras y reales de lo que se sufre diariamente en nuestro país”, indicó el comisionado.
“(Historias) de niños que, en la escuela, recorren las sobras de los alimentos de sus compañeros para llevarlos a sus hogares para que sus familias tengan que comerlos. De familias a quienes los fondos del PAN solamente les proveen suficientes recursos para alimentarse por una semana. De estudiantes que van a la universidad y que solamente se alimentan con un sándwich por la mañana”, abundó sobre los relatos compartidos.
El gobierno de Puerto Rico, desde la pasada administración, impulsa la transición de la isla del PAN al SNAP. El proyecto con ese fin fue radicado y aguarda por consideración del Congreso.
“Estamos en la mejor posición que hemos estado en la historia de este proceso. Si se concretiza o no, está por verse”, afirmó Hernández Rivera.
En la isla, 1.2 millones de personas reciben el PAN.
Hernández Rivera recordó que cambiar del PAN al SNAP tendrá el efecto de aumentar el beneficio total que recibe la gente, así como el nivel de ingresos para acceder a la ayuda.
“De modo que más gente pueda trabajar y seguir siendo elegible para el programa”, destacó. También sostuvo que el SNAP incluiría lo que se llama Disaster SNAP, que aumenta los beneficios, sin autorización del Congreso, en caso de un desastre natural.
De inmediato y en lo que el Congreso da el visto bueno al SNAP para la isla, el comisionado residente dijo que, “a nivel de gobierno estatal y a nivel de gobierno municipal, se necesitan políticas públicas utilizando los recursos que ya hay disponibles en Puerto Rico para combatir la pobreza”.
“Cuando aquí se despilfarran millones de contratos que quizás no son necesarios, cuando aquí se despilfarran millones en puestos de confianza que quizás no son necesarios, se están articulando prioridades, y se está dejando claro que una de esas prioridades no es erradicar el hambre en Puerto Rico”, sentenció.
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