21 de octubre de 2025 - 11:10 PM
En momentos en que los alcaldes se preparaban para asegurar abastos de agua potable para los próximos dos días y a horas de que comenzaran los trabajos de reparación de una rotura en el Superacueductos, el presidente ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Luis R. González Delgado, no pudo precisar este lunes cuántos clientes se verían afectados, así como tampoco las causas de la avería que ha vuelto a poner en jaque la capacidad de respuesta de la corporación pública.
“Preliminarmente, lo que estamos evaluando es una fluctuación de presión. Al ser un sistema presurizado, cuando ocurre este tipo de evento, la presión busca por dónde salir”, explicó el ingeniero a El Nuevo Día, en horas de la tarde, sobre las posibles causas de la falla.
La gerencia de la AAA realizaba movidas de último momento en el sistema dirigidas a mitigar el número de clientes afectados. Asimismo, preparaban el terreno pantanoso con el depósito de relleno para que la maquinaria y el personal puedan iniciar las labores de reparación de la línea de 72 pulgadas de diámetro del Superacueductos, localizada en un área de difícil acceso en Manatí.
“El procedimiento de reparación contempla dos posibles escenarios: soldadura directa del área afectada o, de ser necesario, el reemplazo de la pieza. La duración de los trabajos podría extenderse hasta 48 horas, dependiendo de la magnitud de la rotura y de las condiciones en el área de excavación”, explicó González Delgado, quien dijo que las obras comenzarían a las 6:00 a.m. de este martes con el cierre de una válvula que daría paso a las interrupciones en el servicio.
El Superacueductos (planta Antonio Santiago Vázquez) –inaugurado en 2000 a un costo de $585 millones– suple a 190,000 clientes de la AAA a través de 15 municipios. Discurre por 50 millas a través de Arecibo y San Juan, y tiene la capacidad de producir hasta 100 millones de galones de agua diarios.
“Estamos hablando de la planta más grande de Puerto Rico”, resaltó el presidente ejecutivo de la AAA.
“Al momento, lo que hemos estado haciendo es moviendo válvulas de sistemas aledaños para poder mitigar el número de clientes que se verán afectando. Ese número lo estamos afinando”, explicó.
La avería afecta a los pueblos de Manatí, Vega Alta, Dorado, Barceloneta, Morovis, Vega Baja, Caguas, Gurabo, Juncos, San Juan, Trujillo Alto, Carolina, Loíza, Bayamón y Guaynabo.
Inicialmente, el estimado de costos de las obras de reparación es de $250,000.
Contrario a fallas previas, González Delgado rechazó que se trate de una rotura a consecuencia de la falta de mantenimiento de la infraestructura. “No podemos comparar lo que es un equipo mecánico o eléctrico, que requieren un mantenimiento continuo. Estamos hablando de una infraestructura estructural, que cuando se hace una excavación se instala y se rellena”, resaltó.
La AAA ha estado bajo fuego por los pasados tres meses luego que varias averías en el sistema provocaran -en julio- una crisis en el servicio de agua potable en pueblos del área de la montaña y la zona metropolitana. Las interrupciones y bajas presiones se extendieron por semanas, según algunos alcaldes.
Entonces, las fallas se le atribuyeron, principalmente, a la falta de mantenimiento y a los cambios gerenciales que se habían registrado en la corporación pública tras la salida, más temprano en el año, de Doriel Pagán Crespo y la entrada de González Delgado, además del resto de la cúpula ejecutiva de la AAA.
Esa crisis provocó que la gobernadora Jenniffer González le comisionara al ingeniero Carlos Pesquera un análisis sobre el sistema, que incluyera “hallazgos preliminares y recomendaciones inmediatas” para remediar la situación.
Ajustes a protocolos operacionales, alternativas para adelantar partidas a proyectos críticos y fortalecer la inversión de fondos propios fueron algunas de las recomendaciones que Pesquera presentó a la primera ejecutiva en un informe que fue divulgado recientemente.
En el reporte de 130 páginas, Pesquera destacó que el rol o el nivel de dependencia en el Superacueductos como complemento a las plantas principales de la AAA “es mayor a la producción actual”. Mientras, recomendó “limitar nuevas interconexiones” al sistema hasta que se aumente su capacidad de producción.
El Superacueductos es sumamente importante para garantizar el suplido de agua en la región norte. En 2018, por ejemplo, fue la fuente primaria de recuperación post huracán María y fue “esencial” para restablecer el servicio en la zona metro, destaca el documento.
Para el 2019–2020, se estableció como el “principal proveedor” de las planta de filtros Sergio Cuevas, en San Juan, y Los Filtros, en Guaynabo. Tras la avería reportada en julio, que provocó la inestabilidad del servicio en la zona metropolitana, la gobernadora confirmó que Sergio Cuevas operaba hace cinco años sin cuatro filtros, lo que reduce su capacidad de producción de agua.
La planta de Los Filtros, en tanto, dijo la mandataria, “no da abasto”.
En 2021–2022, de otra parte, el Superacueductos se utilizó para redundancia durante sequías y reparaciones importantes, y, entre 2024 y 2025, ha sido el “principal respaldo para fallas críticas (rupturas de líneas sin procesar, cortes de bombas, fallas de energía)”, recoge el documento, mitigando cortes en la región metro.
Parte de las recomendaciones esbozadas por Pesquera incluyen la reparación y/o reemplazo de seis metros fuera de servicio, así como la actualización de la planta de tratamiento de aguas crudas Superacueductos para llevarla a los códigos y estándares que garanticen su resiliencia. Sugiere también evaluar su expansión “para abordar la alta demanda de agua y eliminar las operaciones de la instalación por encima de su capacidad de diseño”.
Aunque no es una situación a la que están ajenos, varios alcaldes de los 15 pueblos afectados –consultados por El Nuevo Día– han activado planes de emergencia para suplir el líquido a las comunidades que se verán afectadas por la interrupción.
Al momento de ser entrevistados, varios ejecutivos municipales dijeron que, aunque mantenían comunicación oficial con la gerencia de la AAA, aún no se les había provisto el detalle de las comunidades impactadas. “No sabemos qué partes de Vega Baja se van a ver afectadas. No nos han dicho todavía la cantidad específica”, indicó su alcalde, Marcos Cruz Molina.
“Prácticamente, todas las semanas tenemos problemas con el servicio en Pugnado Adentro, Quebrada Arenas, y en Yeguada tenemos bajas presiones constantemente, y esta situación viene a agravarlo, adicional a lo que es la falta de luz”, apuntó Cruz Molina.
Dijo que el municipio cuenta con dos camiones cisternas, los cuales acercará hasta las comunidades afectadas, aunque también solicitarán la asistencia de la AAA. El presidente ejecutivo de la AAA dijo que cuentan con el apoyo de 125 camiones cisternas. Además, tienen 200 trabajadores para operar las 24 horas del día. Mencionó que la localización de los oasis que establezcan se anunciará y actualizará en redes sociales.
El alcalde de San Juan, Miguel Romero, también desconocía cuáles sectores en específico se verían afectados en la capital. El ejecutivo municipal activó un plan de respuesta, que incluye la ubicación de cisternas en oasis fijos y un sistema móvil para distribuir en comunidades “conforme se identifiquen requerimientos”.
“Nuestro objetivo es asegurar que ningún residente se quede sin acceso a agua potable mientras duren las labores de reparación”, expresó Romero por escrito. Desde este martes, los sanjuaneros podrán comunicarse vía telefónica al 787-480-2025 para reportar la necesidad de agua potable.
La alcaldesa de Barceloneta, Wanda Soler, en tanto, sí tenía información precisa sobre la cantidad de hogares –unos 7,000– que se verán impactados, así como las 20 comunidades donde ubican estas residencias. “Aunque tenemos pozos, todo el casco urbano se va a ver afectado”, anticipó.
Tras el anuncio de la AAA, Soler emitió una orden ejecutiva declarando estado de emergencia a los fines de agilizar cualquier proceso de compra o arrendamiento que sea necesario ejecutar para garantizar el suplido de agua.
“El llamado a nuestros residentes es que hagan abastecimiento de agua y que se preparen para esta situación porque esto puede durar de 36 a 48 horas”, expuso la alcaldesa. “Esperamos el apoyo de la AAA, un apoyo real y no tres camiones, porque tres camiones no me son suficiente”, apuntó Soler.
A pesar de las garantías de la AAA, el alcalde de Manatí, José Sánchez González, ha elaborado un plan de respuesta a cinco días. Dijo que establecerán 26 oasis, cada uno con una cisterna de 2,000 galones. Anticipó que se verán afectadas unas 9,000 residencias.
“Dependiendo de lo que pase en cinco días, expandimos el plan de trabajo”, dijo Sánchez González. El ejecutivo municipal no le atribuyó la rotura a la posible falta de mantenimiento, como se ha planteado en otras instancias. “Es una avería que no está controlada por nada, como las que encontramos todos los días en las carreteras”, apuntó.
El municipio de Vega Alta quedará prácticamente sin servicio, ya que el 95% del agua que reciben proviene del Superacueductos, dijo su alcaldesa, María Vega. “Desde anoche (domingo), tenemos cinco oasis de 6,000 galones que mañana van a estar a al disposición de nuestro pueblo”, expresó.
Ante los continuos problemas en el servicio, agregó, su administración se ha dado a la tarea de colocar cisternas de más de 10,000 galones en los centros comunales, las cuales también estarán disponibles.
El alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera Cruz, no pudo precisar el número de residencias que se verían impactadas, pero dijo que se trata de los sectores entre la carretera PR-174 y La Morenita, que es la colindancia con Aguas Buenas. Estas zonas se suplen de la planta de Los Filtros, en Guaynabo.
Dos de las tres bombas de la planta de Los Filtros permanecen inservibles desde julio. La instalación está trabajando solo con la bomba de ocho millones de galones, por lo que se ha tenido que incrementar la inyección de agua del Superacuductos, dijo el alcalde. Una vez ocurra dicho reemplazo, debería reducir la dependencia en esa planta.
“El Superacueductos ha sido la bendición de Puerto Rico. Si hoy no tuviésemos el Superacueductos, los que viven en San Juan, Carolina, Trujillo Alto, Guaynabo, Dorado, Toa Baja, Cataño y un pedazo de Bayamón nos estaríamos comiendo por los rabos y buscando agua en la quebrada”, aseveró Rivera Cruz.
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