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Amparándose en los cánones de ética que rigen su profesión, el juez Ricardo Marrero Guerrero evitó contestar hoy cuestionamientos sobre su proceder al ordenar que se mantuvieran secretas las grabaciones de los procesos judiciales en la región judicial de Caguas, donde Andrea Ruiz Costas intentó sin éxito recibir auxilio del tribunal para luego ser asesinada a manos de su expareja, Miguel A. Ocasio Santiago en abril del año pasado.