En un salón repleto de pinturas de la exposición “Madre Selva” –de la joven artista dominicana Ana María Valle–, sobrevivientes de violencia doméstica y económica pintaron de colores montañas, en una hoja de papel, y cultivaron el fruto de una reflexión sobre el beneficio sanador del arte, el cual transformó y rescató los sueños de Elga Garabito Díaz.

“Les diría a otras sobrevivientes que sean ellas mismas, porque uno pierde su luz cuando uno es sujeta a la manipulación, al maltrato, ya sea emocional o físico. Uno se va apagando, como una velita, y pierde esa luz”, reflexionó Garabito Díaz, en la noche del jueves, desde la galería Walter Otero, en la avenida Constitución, en Puerta de Tierra.

En plena pandemia de COVID-19, Garabito Díaz –quien también es artista– enfrentó un momento muy duro en su vida después de años de control y maltrato económico por parte de su expareja. “Me quedé, de un día para otro, sin nada. Sin casa. Me dejó en la calle. Empecé a buscar ayuda, y di con la Fundación Sila María Calderón”, contó, en un aparte con El Nuevo Día.

Desde 2021, la adulta mayor forma parte de los grupos del programa del Centro de Transformación y Ayuda a Sobrevivientes de Violencia de Género (CE-Transforma), para luego ingresar en los grupos de desarrollo empresarial.

En ese período, la organización ha impactado a más de 650 víctimas de las diferentes modalidades de la violencia de género. Hasta el 24 de noviembre, este año ya tenían 228 participantes nuevas, detalló la coordinadora de CE-Transforma, Suzette Álvarez Soto.

Desde pequeña, cada vez que confronta una situación difícil, le “pican las manos”, contó Garabito Díaz, creadora de Fofuchas Handsbyelga, página en la que expone sus esculturas personalizadas, que le han ayudado a independizarse y conectar con esa niña que soñaba vivir del arte.

“Cuando tú empiezas a recibir información, te das cuenta (del maltrato). Uno no sabe que está en ese ciclo, porque no es solamente que te golpeen. A mí, nunca me tocaron un pelo. Pero los silencios, el control, la parte económica, el alejarte de tu familia… Tenía tanto estrés que terminé emocionalmente destruida. Al entrar al grupo de apoyo, te dan información para que puedas procesar y buscar maneras para superarte”, compartió.

Como parte del conversatorio “El arte como raíz de transformación”, conectó con palabras de la primera mujer gobernadora de Puerto Rico, Sila María Calderón, quien destacó la “valentía” e “inspiración” de las cientos de mujeres que han salvado su vida a través de los recursos de su fundación.

“Tú eres lo que tú eres hoy, no solo por el medioambiente, sino porque tú misma lo hiciste. Te doy las gracias a ti porque eres valiente, porque eres una mujerona. Somos un camino que Dios puso en tu camino, pero el trabajo lo hiciste tú”, enfatizó la exmandataria, al dirigirse a otra participante en el evento, que le agradeció el apoyo que le han brindado.

La también exalcaldesa de San Juan contó que su primer encuentro con el arte fue a sus 3 años, cuando una pintora componía una obra de su madre, Sila Serra Jesús. El cuadro permanece en la sala de su hogar y la ha inspirado. “No saben todas las cosas que yo he pasado, y yo quisiera decirles a las mujeres que busquen dentro de ustedes mismas esa fuerza. Escarben dentro de ustedes mismas, porque esa fuerza es imparable”, subrayó.

Por otro lado, la psicóloga clínica Gabriela Reyes Vázquez coincidió con el pensamiento de Walter Otero de que “el arte salva”, y resaltó que “muchas veces no tenemos las palabras para hablar de emociones difíciles, dolores profundos, corajes…”.

“A veces, a las mujeres, se nos hace muy difícil conectar con el coraje, y no lo podemos identificar o lo redirigimos hacia adentro y nos hacemos daño a nosotras mismas. El arte permite que uno pueda explorar ese coraje, de manera que no destruya”, expuso.

Álvarez Soto, quien moderó el conversatorio, explicó que querían tener un espacio de reflexión y celebración con las participantes de CE-Transforma y de los talleres de capacitación empresarial de todo Puerto Rico.

“Reconocemos que, aunque en esta selva que somos todas, algunas hojas se marchiten, cada raíz tiene fuerza para sostener nuevas vidas”, sostuvo la coordinadora y trabajadora social.