Miguel Ángel Nieves Domínguez, quien fue la tercera nota más alta en los resultados de verano del LSAT, asegura que defenderá los derechos de sus compañeros en la cárcel
Miguel Ángel Nieves Domínguez, quien fue la tercera nota más alta en los resultados de verano del LSAT, asegura que defenderá los derechos de sus compañeros en la cárcel
18 de septiembre de 2024 - 11:10 PM
Vistiendo el abrigo color vino de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR) –obsequiado por sus compañeros–, Miguel Ángel Nieves Domínguez salió este martes del salón de clases emocionado por compartir cómo ha cambiado su vida desde que empezó a alimentar su necesidad de justicia con la educación del primer centro docente del país.
“Me veo trabajando para las comunidades que son marginadas. Vengo de sufrir y soy producto de las consecuencias de la ley. Me encamino a provocar cambios, a ser un modelo para que los que están detrás mirando, que vienen caminando donde estamos sacando los escollos, puedan (estudiar). Aquí, lo que hace falta es voluntad”, enfatizó el estudiante de 44 años, que inició sus estudios graduados hace poco más de un mes.
Nieves Domínguez es el primer confinado en ser admitido a una escuela de Derecho, en Puerto Rico, como parte de un acuerdo entre la UPR y el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) para ofrecer esta oportunidad a personas privadas de su libertad con una exención de matrícula.
“Esto, más que histórico, es lo que hay que hacer. La educación es la llave para la transformación social. Si a mí me ha servido, ¿por qué no le puede servir a los demás?”, enfatizó el también padre de dos jóvenes, de 17 y 20 años.
En 2011, Nieves Domínguez recibió una sentencia de 105 años por cargos relacionados con un asesinato, perpetrado en Puerto Nuevo, en 2009. A pesar de no entrar en detalles de los crímenes que cometió, insistió en que la educación universitaria sirve para lograr un “cambio de visión de mundo” y para ayudar a que jóvenes tomen mejores decisiones y tengan verdaderas oportunidades de desarrollo.
Contó que decidió estudiar Derecho porque “siempre he sido bien activista”. “Empecé a asesorar a los muchachos (en la cárcel) que no sabían hacer una moción. A veces, daba talleres porque no encontraba a nadie. A pesar de que estaba estudiando y tenía el tiempo comprometido, decía que había que enseñar. Me dio esa hambre de estar (defendiendo) donde quiera que hubiera una violación de derechos, algo contrario a la ley que sufra algún ser humano”, puntualizó.
Al mismo tiempo, insistió en que sus compañeros, que ya le dicen “licenciado”, conocen “el peso que cargo encima”. “Me dan mi espacio, me dejan estudiar, me facilitan cualquier cosa, como (bajar) el ruido. Los oficiales también me han ayudado mucho”, expresó el confinado, que, además, fue admitido, en enero, a la maestría en Administración y Gestión Cultural de la Facultad de Humanidades.
Su rutina comienza a las 5:00 a.m., cuando se levanta para empezar a leer y prepararse para salir de prisión a su centro de estudios. Llega con custodia al Recinto de Río Piedras, y allí continúa la lectura de los casos y leyes mientras espera sus clases.
“No hay días libres para poder cumplir con esto (su grado). Tengo un reto bien grande. Acá hay grupos que forman bufetes de estudios, hay charlas y talleres constantemente, que a mí me gustaría asistir un montón, pero no puedo participar en todo lo que quisiera”, comentó el también egresado de un bachillerato en Bellas Artes del programa de Estudios Generales.
Luego de participar activamente en su clase de Derecho de Familia, Nieves Domínguez compartió que su interés, más allá de maximizar su conocimiento sobre diversas temáticas jurídicas, se basa en “aportar mi granito de arena a un cambio social, a trabajar con los problemas sociales”.
La catedrática Érika Fontánez Torres, con 21 años de experiencia en la UPR, conoce a Nieves Domínguez desde su bachillerato, cuando le ofreció el curso de Teoría del Derecho, en la cárcel. “Miguel tiene unas destrezas excepcionales. No es que aquí lo vamos a transformar, sino que ya él viene con unas experiencias de vida que nos permiten profundizar en el Derecho. En muchas ocasiones, las personas que sufren las leyes, los códigos, la cárcel, están ausentes de la discusión, pero él está aquí y nos permite profundizar en el análisis jurídico”, dijo la profesora.
Marina Rodríguez, compañera de primer año, reconoció las aportaciones y “entusiasmo (de Nieves Domínguez) por colaborar y cambiar el sistema”. “La perspectiva de él es de las más importantes porque es quien vive el sistema carcelario y sabe todo lo que se enfrenta allí. Estamos entusiasmados de que personas encarceladas participen de nuestras clases, porque tienen el derecho y vemos ese ímpetu de cambio. Creemos en él y en dar segundas oportunidades”, apuntó.
Al mismo tiempo, la catedrática Edna Benítez Laborde, coordinadora del Programa de Estudios Universitarios para Personas Confinadas, se comprometió con Nieves Domínguez en abogar para que “salga de la institución penal bajo algún tipo de clemencia ejecutiva”. En 2034, se cumplirá lo mínimo de su pena.
“Me parece importante, para culminar sus estudios de Derecho y para poder dar las otras luchas que le esperan en el camino, que esté fuera del contexto correccional para un pleno desarrollo de sus capacidades y de su formación jurídica. No garantizo los resultados porque no están en mis manos, pero la lucha se va a dar”, resaltó.
Nieves Domínguez tomó el examen estandarizado diseñado para la admisión a los estudios de derecho (LSAT, en inglés), en febrero, luego de estudiar “sin descanso” tres meses.
“Esperé (los resultados) hasta verano, que supe que había sacado la tercera nota más alta. (…) Todo el mundo apostaba a mí. Me decían: ‘Dale, tú vas a pasarlo’. Francamente, lo encontré sumamente difícil y pensaba que no iba a poderlo lograr”, contó emocionado.
De todas las instituciones educativas aprobadas por la American Bar Association, “somos la única con un programa presencial para personas privadas de su libertad”, destacó, en tanto, la decana de la Escuela de Derecho de la UPR, Vivian Neptune.
Explicó que, siguiendo el modelo de los estudios de bachillerato y maestría, se aprobó una exención de matrícula por el presidente y la Junta de Gobierno de la UPR. “Abre la puerta para que otros estudiantes puedan también prepararse, tomar el examen de admisión y estudiar. No es solamente para Miguel, sino que contempla hasta tres estudiantes que han manifestado su interés en estudiar Derecho”, respondió la decana sobre cómo se sufragan estos estudios.
La secretaria del DCR, Ana Escobar Pabón, indicó que el 5 de octubre renovaron el acuerdo con la UPR, que estará vigente hasta julio de 2029 e incluye dos admisiones para agosto de 2025 y 2026.
“Espero que, en un futuro, cuando ya yo no esté dirigiendo el DRC, mis sucesores evalúen todo el progreso y continúen firmemente creyendo en los procesos rehabilitación y en que la educación es una de las alternativas reales probadas que pueden permitir esa reintegración y transformación en los miembros de la población correccional”, manifestó.
“En contexto de la (custodia) máxima, estaba bien bloqueado y confundido. Una vez comencé la universidad, comenzó a cambiar mi perspectiva de mundo. Me enseñaron a apalabrar ideas, sentimientos, a canalizar emociones… El desarrollo que he tenido ha sido enorme”, reconoció, por su parte, Nieves Domínguez, que está en custodia mínima desde el 27 de diciembre.
Las noticias explicadas de forma sencilla y directa para entender lo más importante del día.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: