Soave, Italia — El anuncio de que un cardenal estadounidense había sido elegido el papa número 267 de la Iglesia Católica Romana tuvo un significado especial para un grupo de alumnos de una escuela católica internacional en Roma.

El cardenal Robert Francis Prevost —ahora el papa León XIV— confirmó a los estudiantes de noveno grado de la Escuela Internacional Marymount, de entre 14 y 15 años, en una misa el 11 de mayo de 2024. Desde que se enteraron de que un cónclave secreto lo había elegido papa, los estudiantes han estado “absolutamente eufóricos”, afirmó el sábado la directora de la escuela, Sarah Gallagher, en una llamada telefónica.

En Marymount, una escuela católica vinculada con Estados Unidos, un cardenal estadounidense suele confirmar a sus estudiantes, y el año pasado lo hizo el recién llegado cardenal Prevost, aproximadamente un año después de que el papa Francisco lo trasladara a Roma como miembro de la curia.

“Después, cenamos con él. No había manera de predecir” que estaba destinado al papado, comentó Gallagher. “Es una persona muy tranquila y modesta. No daba la impresión de ser una figura influyente en los círculos del Vaticano”.

Cada uno de los más de 30 estudiantes le escribió una carta sobre lo que pensaba al acercarse a la confirmación, uno de los siete sacramentos del catolicismo, a menudo visto como el “sacramento de la madurez”. El entonces cardenal se tomó el tiempo con cada uno de ellos, señaló Gallagher.

“Una de las cosas que pudo hacer maravillosamente, en mi opinión, fue mantener un sentido de lo sacramental, pero hacerlo íntimo para los estudiantes, para cada uno de ellos”, dijo, describiendo “una paz encantadora en ese momento” que él creó con su “suavidad y gentileza.”

“Creo que eso pudo verse en San Pedro el jueves por la noche. La sonrisa. Tiene una naturalidad que hace que la gente se sienta a gusto”, expresó.

Gallagher no pudo recordar si alguno de los estudiantes eligió León como nombre de confirmación el año pasado; las versiones de Francisco estuvieron de moda durante muchos años, por el predecesor del actual pontífice. “¿Acaso no sería extraordinario?”, se preguntó.