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3 de julio de 2025
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Kilmar Ábrego García declaró haber sufrido severas golpizas, privación grave del sueño y tortura psicológica en la tristemente célebre prisión de El Salvador a la que la administración de Donald Trump lo había deportado en marzo, según documentos judiciales presentados el miércoles.
Ábrego García dijo que fue pateado y golpeado tan a menudo después de su llegada que, al día siguiente, tenía moretones visibles y bultos por todo el cuerpo. Dijo que él y otros 20 fueron obligados a arrodillarse toda la noche y los guardias golpeaban a cualquiera que se cayera.
Ábrego García vivía en Maryland cuando fue deportado por error y se convirtió en un punto álgido en la represión migratoria del presidente Trump. Los nuevos detalles del encarcelamiento de Ábrego García en El Salvador se agregaron a una demanda contra la administración de Trump que la esposa de Ábrego García presentó en un tribunal federal de Maryland después de su deportación.
La administración de Trump ha pedido a un juez federal en Maryland que desestime la demanda, argumentando que ahora es discutible porque el gobierno lo devolvió a Estados Unidos según lo ordenado por el tribunal.
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Un juez de inmigración de Estados Unidos había prohibido en 2019 que Ábrego García fuera deportado de regreso a su El Salvador natal porque probablemente enfrentaría persecución allí por parte de pandillas locales que lo habían aterrorizado a él y a su familia. La administración Trump lo deportó allí a pesar de la orden del juez de 2019 y luego lo describió como un “error administrativo”. El presidente y otros funcionarios desde entonces han redoblado sus afirmaciones de que Ábrego García estaba en la pandilla MS-13.
El 15 de marzo, Ábrego García fue deportado a El Salvador y enviado a la megaprisión del país conocida como el Centro de Confinamiento del Terrorismo, o CECOT.
En los nuevos documentos judiciales, Ábrego García dijo que los detenidos en CECOT “estaban confinados en literas de metal sin colchones en una celda superpoblada sin ventanas, luces brillantes que permanecían encendidas las 24 horas del día y acceso mínimo a saneamiento”.
Dijo que los funcionarios de la prisión le dijeron repetidamente que lo transferirían a celdas con personas que eran miembros de pandillas que lo “harían pedazos”. Ábrego García dijo que vio a otros en celdas cercanas dañándose violentamente entre sí y escuchó gritos de personas durante toda la noche.
Su condición se deterioró y perdió más de 13.6 kilos en sus primeras dos semanas allí, dijo.
El senador Chris Van Hollen, un demócrata de Maryland, visitó a Ábrego García en El Salvador en abril. El senador dijo que Ábrego García informó que lo habían trasladado de la megaprisión a un centro de detención con mejores condiciones.
La administración Trump continuó enfrentando una creciente presión y una orden de la Corte Suprema para devolverlo a Estados Unidos. Cuando el gobierno de Estados Unidos trajo de vuelta a Ábrego García el mes pasado, fue para enfrentar cargos federales de tráfico de personas en Tennessee.
La fiscal general Pam Bondi dijo en el momento del regreso de Ábrego García que “así es como se ve la justicia estadounidense”. Pero los abogados de Ábrego García calificaron los cargos de “absurdos” y un intento de justificar su expulsión errónea.
Un juez federal en Tennessee ha dictaminado que Ábrego García es elegible para ser liberado, bajo ciertas condiciones, mientras espera el juicio por los cargos penales en Tennessee. Pero ella lo ha mantenido en la cárcel por ahora a petición de sus propios abogados por temor a que sea deportado de nuevo al ser liberado.
El portavoz del Departamento de Justicia, Chad Gilmartin, dijo a The Associated Press el mes pasado que el departamento tiene la intención de juzgar a Ábrego García por los cargos de contrabando antes de que se mueva para deportarlo de nuevo.
Por separado, el abogado del Departamento de Justicia, Jonathan Guynn, dijo a un juez federal en Maryland el mes pasado que el gobierno de Estados Unidos planea deportar a Ábrego García a un “tercer país” que no es El Salvador. Guynn dijo que no había un cronograma para los planes de deportación. Pero los abogados de Ábrego García citaron los comentarios de Guynn como una razón para temer que fuera deportado “inmediatamente”.
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