

28 de octubre de 2025 - 1:47 PM

Roma— El papa León XIV ha exhortado a terminar con esta etapa histórica “marcada por la guerra y la prepotencia” y a impulsar en el mundo “una era sólida de reconciliación”.
En un acto por la paz en presencia de otros líderes religiosos celebrado junto al Coliseo de Roma, el papa manifestó que “con la fuerza de la oración, con las manos desnudas, alzadas al cielo y abiertas hacia los demás, debemos hacer que esta etapa de la historia marcada por la guerra y la prepotencia de la fuerza termine pronto y comience una historia nueva”.
Acto seguido, emplazó a gritar “basta” a los conflictos antes de que se aniden en la mentalidad del mundo.
“No podemos aceptar que este momento se prolongue más, que moldee la mentalidad de los pueblos, que nos acostumbremos a la guerra como compañera normal de la historia humana. ¡Basta! Es el grito de los pobres y el grito de la tierra”, exclamó el papa entre aplausos.
León XIV ha acudido al Coliseo romano para asistir a la ceremonia de clausura de un encuentro interreligioso por la paz mundial organizado por la Comunidad de San Egidio desde 1986.
Primero rezó por la paz en el interior del monumento junto a otros representantes cristianos, entre luteranos, anglicanos y ortodoxos como el metropolita Antonij, jefe de Relaciones Exteriores de la iglesia rusa, con quien intercambió unas breves palabras al llegar.
Después, salió al pie del famoso anfiteatro romano para presidir la ceremonia este vez en un escenario colocado a los pies del Arco de Constantino, con líderes judíos, budistas o musulmanes, así como clérigas protestantes, entre otros credos de todo el planeta.
En su discurso, el pontífice advirtió de que los “conflictos están en todas las partes donde hay vida” pero subrayó que “no es la guerra lo que ayuda afrontarlos ni a resolverlos”.
“El mundo tiene sed de paz, necesita una verdadera y sólida época de reconciliación que ponga fin a la prepotencia, a la exhibición de la fuerza y al desinterés por el derecho. ¡Basta de guerras, con sus dolorosos cúmulos de muertos, destrucciones y exiliados!”, reclamó.
Así, el papa pidió que los templos “sean puntos de encuentro, santuarios de reconciliación, oasis de paz” y sostuvo que “las religiones, como hermanas, deben favorecer que los pueblos se traten como hermanos, no como enemigos”.
“¡La guerra nunca es santa, sólo la paz es santa, porque es la voluntad de Dios!”, declaró el papa, quien defendió “la cultura de la reconciliación”, el diálogo y la cooperación contra “la actual globalización de la impotencia”.
Antes, dentro del Coliseo, los líderes habían rezado por la paz en distintas partes del mundo, leídas en voz alta, desde Afganistán, Mozambique, Sudán del Sur, Etiopía, Somalia, Nigeria o Haití hasta “la matanza provocada por las armas ligeras” en Estados Unidos.
Pero también se rezó “por los acuerdos de paz en Colombia”, por “el final de la violencia causada por el narcotráfico en México”, porque se “consolide la tregua en Gaza”, por “el final de la guerra en Ucrania” y porque los gobernantes “encuentren vías de diálogo”.
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