

20 de octubre de 2025 - 7:34 AM
La Paz - Hace tres meses, Rodrigo Paz era un senador de la oposición boliviana poco conocido, con un padre famoso y una reputación mixta como alcalde. Ahora es el primer conservador en ganar una elección presidencial en el país en 20 años.
Para sorpresa generalizada, el centrista Paz, de 58 años, superó a su oponente de derecha, el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, para obtener una victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia el domingo. Se convertirá en el próximo jefe de Estado de Bolivia el 8 de noviembre.
El senador hereda una economía en ruinas después de 20 años de gobierno del partido Movimiento al Socialismo, fundado por el carismático expresidente Evo Morales (en el cargo de 2006 a 2019). El partido tuvo su apogeo durante el auge de las materias primas de principios de la década de 2000, pero las exportaciones de gas natural se han estancado y su modelo económico estatista de generosos subsidios y un tipo de cambio fijo se ha derrumbado desde entonces.
Afectados por la escasez de dólares estadounidenses y la escasez de combustible que los deja esperando días en colas, los votantes de todo el país eligieron el domingo a Paz para sacarlos de su peor crisis económica en cuatro décadas. Paz propuso reformas importantes, pero a un ritmo más gradual que Quiroga, quien abogó por depender de un rescate del Fondo Monetario Internacional y un programa de choque fiscal.
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, quien gobernó de 1989 a 1993, y de la española Carmen Pereira, Paz nació en Santiago de Compostela, España, y pasó allí su primera infancia.
Su padre, uno de los fundadores en la década de 1960 del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de inspiración marxista, se había exiliado en España para escapar de la represión del general Hugo Bánzer, uno de una serie de dictadores que gobernaron Bolivia de 1964 a 1982.
Paz Zamora regresó a Perú cuando Bánzer renunció en 1978. Años más tarde, en un giro irónico, hizo un pacto político con el hombre que lo había encarcelado y exiliado. Cuando Paz Zamora se postuló para presidente en 1989, una votación reñida llevó la elección del presidente al Congreso de Bolivia, y el socialista llegó a un acuerdo con el político dictador convertido en conservador para asegurar la victoria.
Su mandato trajo una estricta disciplina fiscal y reformas de libre mercado para frenar la inflación, lo que entusiasmó a los inversores pero decepcionó a sus antiguos partidarios de izquierda que vieron profundizarse la desigualdad y persistir el desempleo.
Paz comenzó su carrera política en el partido político de izquierda de su padre, pero luego, al igual que Paz mayor, se reinventó como un conservador comprometido con reformas pragmáticas y favorables a los negocios. Comenzó como legislador en la cámara baja del Congreso antes de convertirse en alcalde de la ciudad sureña de Tarija, su ciudad natal, de 2015 a 2020.
Ha sido senador desde entonces.
Tarija no ha acogido a su hijo nativo: tanto en la primera como en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el partido de Paz perdió en la región, incluso cuando arrasó en seis de los nueve departamentos del país.
Como alcalde, modernizó el centro de Tairja con centros comerciales peatonales y vastas plazas que dejaron a muchos residentes de la clase trabajadora sintiéndose abandonados mientras la región rica en petróleo se tambaleaba por la caída de los ingresos. Los despidos del sector público de Paz para reducir un déficit creciente enfurecieron a los sindicatos.
Cuando la temporada de campaña de Bolivia comenzó a principios de agosto, el senador de Tarija, de voz suave, ni siquiera llegó al corte para los primeros debates televisados. Se llamó a guardias de seguridad en el primer debate para retirar a un grupo de sus partidarios que interrumpieron la transmisión en vivo levantando un cartel con la información de contacto de Paz para que pudiera ser invitado al siguiente.
Antes de las elecciones del 17 de agosto, estaba encuestando cerca del final del campo de ocho candidatos. En pequeñas paradas de campaña en las tierras altas andinas, luchó por llenar auditorios.
Su elección del excapitán de policía Edman Lara como su compañero de fórmula fue casi accidental, una solución de última hora después de que la primera opción de Paz se retirara. Pero el “Capitán Lara”, como se le conoce, turboalimentó la campaña de Paz, impulsando finalmente la candidatura a la victoria en ambas rondas electorales.
La historia de Lara, despedido de la policía en 2023 por denunciar la corrupción en videos virales de TikTok, amplificó el mensaje anticorrupción de Paz y resonó entre los residentes indígenas de clase trabajadora de las tierras altas de Bolivia que alguna vez formaron la base del partido Movimiento al Socialismo.
La pareja montó una campaña de desvalidos de ritmo rápido, cruzando ciudades y comunidades rurales para organizar eventos sin lujos y empapados de cerveza con el mensaje de “capitalismo para todos”. Sirviendo carne a la parrilla y escatimando en vallas publicitarias elegantes, destacaron su contraste con el rico Quiroga y su gran cofre de guerra de campaña.
A pesar de los planes de Paz de eliminar los subsidios al combustible, devaluar la moneda boliviana y reducir la inversión pública, el tono populista de su campaña convenció a los votantes de que se moverían a un ritmo aceptable.
También prometieron donaciones en efectivo para los pobres y otros beneficios para amortiguar el golpe de los recortes más duros, apelando a un espectro de votantes en todo el país diverso.
Entre la primera vuelta electoral y la segunda vuelta del domingo, Paz visitó Washington, hablando en grupos de expertos y expresando la convicción de que mejorar las relaciones con Estados Unidos es necesario para el éxito de Bolivia.
Eso podría marcar un cambio importante para Bolivia después de años de antipatía hacia Estados Unidos que se remonta a 2008, cuando Morales expulsó a la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y expulsó al embajador estadounidense. Desde entonces, Bolivia se ha aliado con Venezuela y otros gobiernos de izquierda en la región y potencias mundiales como China y Rusia.
A última hora del domingo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dijo en un comunicado que la victoria de Paz “marca una oportunidad transformadora para ambas naciones.
“Estados Unidos está dispuesto a asociarse con Bolivia en prioridades compartidas, incluido el fin de la inmigración ilegal, la mejora del acceso al mercado para la inversión bilateral y la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales para fortalecer la seguridad regional”.
Las noticias explicadas de forma sencilla y directa para entender lo más importante del día.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: