1 / 21 | Un potente sismo de magnitud 6.9 causa más de 60 muertes en Filipinas. Un sismo de magnitud 6.9 fue registrado frente a la costa del centro de Filipinas. - TED ALJIBE
1 de octubre de 2025 - 7:33 AM
Cebú - Los rescatistas utilizaban retroexcavadoras y perros rastreadores para buscar sobrevivientes en casas derrumbadas y otros edificios dañados en el centro de Filipinas el miércoles, un día después de un sismo que causó al menos 69 muertes.
Se espera que el número de fallecidos aumente luego del terremoto de magnitud 6.9 que se registró alrededor de las 10 de la noche y dejó a un número no especificado de residentes atrapados en la ciudad de Bogo y en pueblos rurales cercanos en la provincia de Cebú, según las autoridades.
La lluvia intermitente y los desperfectos en puentes y carreteras dificultaban la carrera por salvar vidas, indicaron las autoridades.
“Todavía estamos en la fase crítica de búsqueda y rescate”, dijo Bernardo Rafaelito Alejandro IV, subdirector de la Oficina de Defensa Civil, en una conferencia de prensa. “Aún hay muchos reportes de personas que quedaron atrapadas o fueron golpeadas por los escombros”.
El epicentro del temblor, que fue provocado por el movimiento de una falla submarina a una profundidad peligrosamente baja de 5 kilómetros, se encontraba a unas 12 millas al noreste de Bogo, una ciudad costera de aproximadamente 90,000 habitantes en Cebú, donde se reportaron aproximadamente la mitad de las muertes, dijeron las autoridades.
Las autoridades estaban considerando la posibilidad de pedir ayuda a gobiernos extranjeros basándose en una evaluación rápida de daños en curso, apuntó Alejandro. Estados Unidos, Japón, Australia y la Unión Europea expresaron sus condolencias.
“Estamos listos para apoyar la respuesta del gobierno filipino como amigos, socios, aliados”, dijo MaryKay Carlson, embajadora de Estados Unidos en Filipinas, en una publicación en la red social X.
Operarios estaban tratando de llevar una retroexcavadora para acelerar las labores de búsqueda y rescate en un grupo de chozas en una aldea montañosa afectada por un deslave de tierra y rocas, indicó Rex Ygot, funcionario de mitigación de desastres de la ciudad de Bogo, a The Associated Press el miércoles temprano.
“Es difícil moverse en la zona porque hay peligros”, afirmó Glenn Ursal, otro funcionario de mitigación de desastres, que agregó que algunos sobrevivientes fueron llevados a un hospital desde la aldea montañosa.
También se reportaron decesos en los pueblos cercanos de Medellín y San Remigio, donde tres efectivos de la guardia costera, un bombero y un niño fallecieron en incidentes separados causados por la caída de una pared y escombros mientras trataban de huir a un lugar seguro desde un partido de baloncesto en un complejo deportivo, que se vio interrumpido por el temblor, dijeron las autoridades locales.
El sismo fue uno de los más potentes en la región del centro del país en más de una década y se produjo mientras muchos dormían o estaban en casa. El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología emitió una breve alerta de tsunami y aconsejó a la población que se mantuviese alejada de la costa en Cebú y en las provincias cercanas de Leyte y Biliran debido a posibles olas de hasta un metro (3 pies).
No se reportaron esas olas y el aviso de tsunami se retiró más de tres horas después, pero miles de residentes traumatizados se negaron a regresar a sus hogares y optaron por quedarse en campos abiertos y parques durante la noche a pesar de las lluvias intermitentes.
Cebú y otras provincias se estaban recuperando aún de la tormenta tropical que azotó la región el viernes y causó al menos 27 fallecidos —principalmente por ahogamientos y árboles caídos—, cortó la electricidad en ciudades y pueblos enteros y forzó la evacuación de decenas de miles de personas.
Las escuelas y oficinas gubernamentales estaban cerradas en las localidades afectadas por el sismo mientras se verificaba la seguridad de los edificios. Después del temblor se han detectado más de 600 réplicas, dijo Teresito Bacolcol, director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología.
Advirtió que las laderas empapadas por la lluvia eran más susceptibles a registrar deslaves de tierra y barro en caso de un terremoto de gran magnitud.
“Esto fue realmente traumático para la gente. Han sido azotados por una tormenta y luego sacudidos por un terremoto”, indicó Bacolcol. “No quiero pasar por lo que ellos han pasado”.
Filipinas, uno de los países más propensos a sufrir desastres naturales, suele registrar terremotos y erupciones volcánicas debido a su ubicación en el llamado “Anillo de Fuego” del Pacífico, un arco de fallas sísmicas alrededor del océano. El archipiélago también es azotado por alrededor de 20 tifones y tormentas cada año.
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