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World Central Kitchen, del chef José Andrés, detiene sus operaciones en Gaza tras la muerte de siete de sus empleados durante un ataque

La organización sin fines de lucro llegó al enclave el pasado 15 de marzo con 200 toneladas de alimento y agua

2 de abril de 2024 - 8:34 AM

Imagen de archivo de un integrante de World Central Kitchen mientras preparaba los paquetes con ayuda humanitaria que fueron llevados a la Franja de Gaza. (Petros Karadjias)

Deir Al-Balah, Franja de Gaza — Un ataque israelí mató a siete trabajadores de World Central Kitchen, lo que llevó al grupo de ayuda a suspender el martes la distribución de ayuda alimentaria vital en Gaza, donde la ofensiva israelí contra Hamás ha puesto a cientos de miles de palestinos al borde de la hambruna.

Varios barcos que llegaron hace poco a Gaza emprendieron el regreso a Chipre con 240 toneladas de ayuda no distribuida tras el suceso, según anunció el martes un funcionario en la nación insular mediterránea, que ha tenido un papel importante para establecer la ruta marítima.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció que las fuerzas israelíes habían realizado el “ataque involuntario” contra “personas inocentes en la Franja de Gaza”, señaló. Las autoridades están “revisando esto a fondo” y “harán todo lo posible para que esto no ocurra de nuevo”, añadió.

Imágenes de los cuerpos de los muertos en un hospital de la localidad central gazatí de Deir al-Balah mostraban que varios llevaban ropa de protección con el logotipo de la organización benéfica. Los fallecidos eran tres británicos, una australiana, un polaco y una persona con doble ciudadanía estadounidense y canadiense, según registros hospitalarios.

La organización benéfica, fundada por el afamado cocinero José Andrés, era una pieza central de una ruta marítima abierta hace poco para llevar ayuda que se necesita con desesperación en el norte de Gaza, donde según Naciones Unidas buena parte de la población está en riesgo de morir de hambre, prácticamente aislada del resto del territorio por las fuerzas israelíes.

Andrés, cuya organización benéfica opera en varios países afectados por guerras o desastres naturales, incluido Israel tras el ataque del 7 de octubre que desencadenó el conflicto actual, dijo tener “el corazón roto” por la muerte de sus colegas.

“El gobierno israelí debe detener esta muerte indiscriminada. Debe dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar a civiles y cooperantes y dejar de utilizar la comida como arma”, escribió en X, antes Twitter.

La organización dijo que el equipo viajaba en una caravana de tres vehículos, dos de ellos blindados, y había coordinado sus movimientos con el ejército israelí.

El contralmirante Daniel Hagari, portavoz jefe del ejército, dijo el martes que las autoridades analizaban lo ocurrido al más alto nivel. Se abriría una investigación independiente que “nos ayudará a reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir un incidente así”, señaló.

Erin Gore, directora general de la organización, dijo que “esto no es solo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que acuden a las situaciones más difíciles donde la comida se utiliza como arma de guerra. Esto es imperdonable”.

UNRWA, la principal agencia de la ONU en Gaza, dijo en su último reporte que 173 de sus trabajadores habían muerto en el territorio desde que comenzó la guerra cuando milicianos liderados por Hamás irrumpieron en el sur de Israel, mataron a unas 1,200 personas y secuestraron a unos 250 rehenes. Israel respondió con una de las ofensivas más letales y destructivas de la historia reciente.

Ante una creciente catástrofe humanitaria en el norte de Gaza, varios países trabajaron para abrir una ruta marítima con la esperanza de que permitiera llevar más ayuda al enclave, donde los suministros han entrado con cuentagotas por las rutas terrestres que controla Israel. Estados Unidos y otros países también han dejado caer entregas desde el aire, pero los trabajadores humanitarios dicen que esos esfuerzos están lejos de cubrir las crecientes necesidades de la población.

Israel ha prohibido que la UNRWA participe en la entrega de asistencia en el norte, y otros grupos humanitarios aseguran que enviar caravanas de camiones al norte del territorio resulta demasiado peligroso debido a que las fuerzas armadas no garantizan un paso seguro.

Estados Unidos está “profundamente preocupado”

Tres barcos de ayuda procedentes de Chipre llegaron el lunes con alrededor de 400 toneladas de alimentos y suministros en un cargamento que fue organizado por World Central Kitchen y los Emiratos Árabes Unidos tras una prueba piloto el mes pasado.

El vocero del Ministerio chipriota de Exteriores, Theodoros Gotsis, dijo el martes que se habían descargado unas 100 toneladas de ayuda antes de que la organización suspendiera sus operaciones, y que las 240 toneladas restantes se llevarían de vuelta a Chipre.

Estados Unidos, que ha proporcionado ayuda militar y diplomática crucial a la ofensiva israelí, ha recalcado las ventajas de la nueva ruta marítima y tiene previsto construir un muelle flotante, lo que se espera tome varias semanas.

Estados Unidos está “desconsolado y profundamente preocupado” por el ataque, indicó la vocera del Consejo de Seguridad Nacional Adrienne Watson. “Instamos a Israel a investigar rápidamente lo ocurrido”, escribió en X.

Nael Eliyan, un palestino desplazado, estaba en su carpa a unos 100 metros (yardas) de distancia cuando oyó la explosión el lunes por la tarde y corrió al lugar. “Sus lesiones eran graves y murieron rápido”, dijo, describiendo a los fallecidos como “héroes, mártires, gente valiente”.

Identifican a varias de las víctimas

Los cuerpos de los cooperantes fueron trasladados a un hospital en la ciudad sureña de Rafah, en la frontera con Egipto, según un reportero de Associated Press en el hospital.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, confirmó que Zomi Frankcom, de 44 años y procedente de Melbourne, estaba entre los fallecidos, y dijo que su gobierno había pedido una explicación a Israel.

“Es una persona que trabajaba como voluntaria en el extranjero para llevar ayuda a través de esta organización benéfica para personas que sufren una privación tremenda en Gaza. Y esto es completamente inaceptable”, dijo Albanese a los periodistas.

El secretario británico de Exteriores, David Cameron, dijo que su país trabajaba para verificar los reportes de las muertes de ciudadanos británicos en el ataque, que calificó de “profundamente inquietante”.

“Es esencial que los trabajadores humanitarios estén protegidos y puedan desempeñar su trabajo” escribió en X. También Cameron pidió una investigación.

Por su parte, el Ministerio polaco de Exteriores publicó su “pésame más sentido” a la familia de un voluntario fallecido que había prestado ayuda a los palestinos en la Franja de Gaza, sin indicar cómo murió. El Ministerio de Exteriores dijo que había solicitado una explicación a Israel.

El alcalde de Przemysl, Wojciech Bakun, identificó a la víctima en Facebook como Damian Soból y dijo que procedía de esa ciudad en el sureste de Polonia.

Al menos 32,916 palestinos han muerto en la guerra, unos dos tercios de ellos mujeres y niños, según el Ministerio gazatí de Salud, que no distingue entre civiles y combatientes en su conteo. Israel culpa a los milicianos palestinos de las bajas civiles porque combaten en áreas densamente pobladas.

Otros dos aparentes ataques israelíes el lunes por la noche mataron al menos a 12 palestinos, incluidos cinco niños, en Rafah, a donde Israel ha prometido llevar su operación terrestre pese a la presencia de unos 1,4 millones de palestinos, la mayoría de los cuales se cobijaron allí de los combates en otros lugares.

Uno de los ataques golpeó una vivienda familiar donde murieron un hombre y sus tres hijos, de 7, 13 y 19 años, según registros hospitalarios. Otro impactó contra una aglomeración de gente cerca de una mezquita y mató al menos a seis personas, incluidos tres niños.

Los grupos de ayuda han pedido de forma reiterada un cese el fuego humanitario y afirman que es la única manera de llegar a la gente necesitada. Estados Unidos, Qatar y Egipto llevan meses tratando de mediar un nuevo alto al fuego e intercambio de rehenes, pero las conversaciones indirectas con Israel y Hamás siguen atascadas.

Se cree que Hamás tiene a unos 100 rehenes y los restos de otros 30 ya fallecidos, tras liberar a la mayoría de los demás durante un cese el fuego en noviembre a cambio de la liberación de palestinos encarcelados por Israel.

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