La Fiscalía federal anunció la evidencia que espera presentar en el juicio contra algunos de los acusados por el asesinato del agente federal Michael Maceda en Cabo Rojo en el 2022.

La designación de prueba incluye materiales ocupados durante un sorpresivo allanamiento que agentes federales llevaron a cabo en una residencia en Hato Rey, San Juan, en conexión con una alegada organización narcotraficante que supuestamente es responsable del asesinato en alta mar.

De acuerdo con una moción presentada por el fiscal federal Ryan McCabe, de la evidencia ocupada en la casa -que los sospechosos habían rentado en la calle Triana en la urbanización El Vedado- los agentes federales esperan presentar al jurado un teléfono satelital, un chaleco antibalas, un sellador al vacío de comida y material para empacar.

Los investigadores también ocuparon material de empaque en una residencia igualmente allanada en Canóvanas.

El fiscal informó que durante el juicio también presentarán a los jurados el contenido allanado en cuentas de correos electrónicos, de Facebook, Instagram y ocho dispositivos celulares, así como las localizaciones registradas de por lo menos diez teléfonos móviles.

Asimismo, señaló que someterán como evidencia cuatro pistolas Glock, una Sig Sauer, una Springfield Hellcat, una escopeta Remington, un rifle Springfield y múltiples municiones confiscadas.

De igual forma, mostrarán al jurado los materiales confiscados dentro de dos embarcaciones, incluyendo cocaína y dinero en efectivo, así como en vehículos y cuentas bancarias intervenidas.

Según la moción, la Fiscalía federal cuenta con vídeos captados por la Guardia Costera durante un rescate y otro de una persecución, así como de cámaras de seguridad de establecimientos comerciales.

En relación a este caso, un gran jurado federal emitió un pliego acusatorio contra 18 personas por participar de una organización narcotraficante.

Precisamente a esa actividad de contrabando es a la que se atribuye el incidente del 17 de noviembre de 2022, cuando se desató el tiroteo que cobró la vida de Maceda, quien era agente del Negociado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

Además de los cargos de narcotráfico que enfrentan todos en el pliego, Osvaldo Hernández Camacho y Edgardo Luis Matos Santos, alias “Bebi”, son los únicos que enfrentan denuncias específicamente relacionadas con el asesinato de Maceda.

Múltiples acusados con cargos de narcotráfico se han declarado culpables, mientras que ocho optarían para defender en el juicio, pautado para octubre, incluyendo a Matos Santos y Hernández Camacho, quien estuvo apunto de firmar una oferta para declararse culpable, pero se retiró del acuerdo.

La Fiscalía federal estimó que el juicio durará un mes, cuando podrían sentar a declarar a por lo menos 40 testigos.

Mientras, el caso comenzó con una declaración jurada del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que supuestamente está basada en una alegada confesión de Matos Santos, indica que uno de los ocupantes del bote intervenido por CBP, Joseamid H. Vázquez Torres fue quien disparó primero contra los agentes federales.

Maceda fue llevado al Centro Médico de Mayagüez, donde fue declarado muerto. Los otros dos agentes fueron atendidos en el Centro Médico de Río Piedras.

De acuerdo con la versión de Matos Santos recogida en la denuncia, Vázquez Torres le ofreció “trabajo y dinero” hacía un mes y el miércoles pasado lo contactó nuevamente.

Añade que, al otro día, se encontraron en un muelle de Lajas, donde abordaron una embarcación que Matos Santos dijo estaba “cargada con narcóticos. Sin embargo, Matos Santos no veía los narcóticos ni sabía dónde Vázquez Torres los tenía guardados”.

El plan era transportar las drogas a Guánica, Puerto Rico”, agrega.

Por otro lado, una segunda querella juramentada por el FBI ofrece detalles de la intervención con una segunda embarcación, poco después del tiroteo y cerca del área.

Esa querella identifica a los tripulantes como Hernández Camacho y Rivera Suárez. Fueron vistos por una aeronave de CBP a 17 millas náuticas de Cabo Rojo, “navegando en círculos”, según el FBI.

En cada una de las embarcaciones los agentes encontraron sobre 600 kilogramos de cocaína, armas y municiones.