El proceso judicial se extendió desde el 2019 hasta el presente entre la celebración de Regla 6, vista preliminar y el juicio.
El proceso judicial se extendió desde el 2019 hasta el presente entre la celebración de Regla 6, vista preliminar y el juicio. (Gerald López Cepero)

Bayamón – A poco más de cuatro años de que ocurrieran los hechos, la jueza Mariela Miranda Recio, del Tribunal de Bayamón, declaró culpable a Keishla Pérez Bigio del asesinato de su madrastra, la empresaria Hilda Padilla Romero, quien fue baleada mientras conducía una guagua por la avenida Los Filtros, en Guaynabo, en compañía de sus dos hijas.

Tras escuchar las argumentaciones finales presentadas por el Ministerio Público y la defensa, Miranda Recio, ante una repleta sala 605, también encontró culpable a William Avilés González por asesinato en primer grado y violación a la Ley de Armas. Sin embargo, la jueza no halló culpabilidad por los cargos de tentativa de asesinato contra las menores.

“Se hizo justicia”, dijo la hija de la víctima, Yaireishka Morales Padilla, tras escuchar el fallo. “Ella (Keishla Pérez Bigio) no era nada mío. A mí quien me importa es mi hermanita... Voy a buscarla. Yo le hice una promesa a mi mamá, que teníamos que estar juntas y voy a pelear por ella”, agregó la joven, quien desde hace cuatro años no ve a su hermana.

Morales Padilla -quien fue testigo en el juicio e identificó a Pérez Bigio como la voz que se escucha en tres grabaciones en audio que presentó la Fiscalía como parte de la prueba en el caso- abundó que “(mi mamá) está orgullosa de mí, de que pude hablar, de que pude verle la cara a ellos, tener la frente en alto y no tener miedo de hablar”.

Coincidiendo con estas expresiones, la mejor amiga de la víctima y madrina de Morales Padilla, María Rojas, expresó que “fueron cuatro años esperando por este momento, por este día, donde por fin se hace justicia y que pague. Verla con esas esposas puestas nos da paz. Ahora podemos salir a la libre comunidad como se supone”.

“Se le va a hacer justicia a mi hermana”, exclamó, por su parte, Sandra Padilla, una de las hermanas de la víctima, en declaraciones a periodistas, tras salir de la sala.

El asesinato de Padilla Romero ocurrió el 30 de septiembre de 2019, mientras la víctima conducía, pasadas las 5:30 p.m., una guagua marca Honda Pilot, color negra, acompañada de sus dos hijas, de 8 y 17 años, por la avenida Los Filtros, en Guaynabo.

Según el Ministerio Público, Pérez Bigio aceptó pagarle $2,000 a Luis González Martínez, asesino confeso de Padilla Romero, para que cometiera el crimen. Sin embargo, al final, terminó pagando $1,500, de los cuales González Martínez se quedó con $750 y los otros $750 pasaron a manos de Avilés González, según datos del Ministerio Público.

Precisamente, la fiscal Carmen Iris Ortiz Rodríguez expresó, durante su argumentación final, que “Keishla Pérez Bigio es la mente creadora de este crimen, que luego de concebir en su mente la muerte de su madrastra... pone en marcha un plan: contratar a Luis González Martínez (asesino confeso), para que le resuelva el problema de su madrastra”.

Ortiz Rodríguez -quien trabajó el caso junto a los fiscales Gracielys Vega Bermúdez e Iván Rivera Labrador- indicó que Pérez Bigio fue quien presuntamente proveyó toda la información que necesitaban Avilés González y González Martínez para matar a Padilla Romero.

La fiscal enfatizó que Avilés González era la persona que conducía el vehículo Hyundai Elantra desde donde González Martínez le disparó a la víctima. “Siguió todas las instrucciones para ejecutar el plan”, subrayó Ortiz Rodríguez, quien indicó que se registraron 11 llamadas entre González Martínez y Pérez Bigio el día del crimen.

“La mente maestra de este crimen la tenemos aquí: es Keishla Pérez Bigio... la autora intelectual del crimen”, afirmó Ortiz Rodríguez, mirando fijamente a los ojos a Pérez Bigio, quien se encontraba sentada en uno de los primeros banquillos en sala. “Keishla ofreció una paga para la ejecución del crimen”, mencionó la fiscal.

La defensa apelará el fallo

Tanto el licenciado Carlos Beltrán, quien lideró el equipo de defensa de Pérez Bigio, como Edwin Castro, representante legal de Avilés González, anunciaron que estarán apelando el fallo emitido por la jueza al considerar que no se configuraron todos los elementos de delito que le imputa la Fiscalía de Bayamón a sus representados.

“(Keishla Pérez Bigio) fue condenada en un solo cargo de asesinato y una posesión de armas. Obviamente, vamos a apelar el resultado”, adelantó Beltrán, quien confirmó que la lectura de sentencia será el 9 de febrero de 2024 a las 10:00 de la mañana.

Anticipando también que apelarán, Castro señaló, por su parte, que “estoy en desacuerdo con la determinación (de la jueza).. Creo que la prueba que se presentó, lejos de condenar a William, (lo exonera). Científicamente, se estableció una prueba que estableciera su inocencia o su no culpabilidad más allá de duda razonable”.

“La jueza le dio total credibilidad al testimonio del asesino confeso de Hilda Padilla, que repudió su cooperación con el Ministerio Público. Eso es obviamente una determinación que ella puede hacer. Nosotros entendemos que la prueba científica a la cual hicimos alusión en nuestro informe provista por el propio Instituto de Ciencias Forenses (ICF) era suficiente en derecho para que ella absolviera a William”, planteó.

Durante sus respectivas argumentaciones, Beltrán y Castro abogaron por un “no causa” para sus clientes, planteando que la Fiscalía se quedó corta para probar los elementos de delito. Plantearon con éxito que no se probó la intención de dispararle y la tentativa de asesinato en contra de las menores de edad, conforme a derecho.

Coincidieron, además, en que a sus representados se les coartó el derecho a la confrontación, pues no se les permitió contrainterrogar a González Martínez sobre las tres grabaciones de audio que extrajo el Departamento de Justicia de uno de los celulares que se le ocuparon a este, y que fueron enviadas a su celular entre el 9 y 11 de julio de 2019.

De hecho, Beltrán expuso que, el testimonio de la hija de la víctima, -que identificó la voz que se escucha en tres grabaciones en audio presentadas por la Fiscalía como la de Pérez Bigio-, fue un montaje de la Fiscalía. “Lo practicaron en su oficina (la Fiscalía)... Ella había escuchado los audios”, dijo el licenciado, durante su argumentación.

Durante su testimonio en sala, el pasado 26 de octubre, Morales Padilla identificó la voz que se escucha en las tres grabaciones como la de “Keishla Pérez Bigio”. “Estoy 100% segura”, respondió la joven a preguntas de la Fiscalía. De hecho, explicó que podía “reconocer” la voz porque la había escuchado varias veces.

“Tengo que salir de ese parásito, que me está afectando a mí y a mis hijos… Dime cuándo vamos a trabajar eso, dale. Ya estoy motivá”, se escucha decir a una mujer en uno de los audios. “Es que estoy llorando Luis porque esa pu##, esa pu##, acho, tú no sabes en verdad… Discutí con mi papá por culpa de esa pu##, que después te contaré”, agrega.

La evidencia que presentó la Fiscalía

Durante la celebración del juicio, la Fiscalía de Bayamón presentó una extensa prueba, que incluyó testimonios, pruebas de referencia y evidencia demostrativa, incluyendo las tres grabaciones en audio. Como parte del caso, además, la Fiscalía contó con sobre 20 testigos, entre los que se destaca la hija de la víctima.

De la prueba desfilada se desprende que Padilla Romero recibió cinco impactos de bala en su cuerpo, uno de los cuales se hizo a “tres pies o menos” de la víctima, provocando un “tatuaje de pólvora” o una lesión producida cuando el disparo se hace a una distancia corta, reveló el patólogo del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), Francisco Dávila.

En la escena se levantaron 14 casquillos de bala.

La examinadora de armas de fuego del ICF, Jackeline Berríos, confirmó que los casquillos y proyectiles de bala que fueron recuperados en la escena son compatibles con una pistola negra, marca Glock, modelo 27, calibre .40, que le fue ocupada a González Martínez.

“Fueron disparados por esa arma de fuego”, validó Berríos.

Reacciona el Departamento de Justicia

Al momento de emitirse el fallo en relación a este caso, estaban presentes en sala la jefa de Fiscales, Jessika Correa González, así como Juan Pérez Colón, padre de Pérez Bigio y quien era pareja de Padilla Romero cuando sucedió el crimen.

“Finalmente se le hizo justicia a Hilda y a su familia. Ha sido un proceso arduo y extenso, pero al fin concluyó con el resultado esperado. Los responsables del vil crimen fueron declarados culpables y enfrentarán las consecuencias de sus actos. Mi total solidaridad con los parientes de Hilda”, expresó el secretario de Justicia, Domingo Emanuelli.

“Espero que puedan vivir en paz y recuperarse de las heridas profundas que deja el crimen. Tienen todo el apoyo del Departamento de Justicia. Igualmente, agradezco la labor excepcional de los fiscales que litigaron el caso desde el comienzo hasta el final, demostrando la calidad de los profesionales que forman parte del Ministerio Público. Gracias también a la Policía de Puerto Rico por su trabajo investigativo”, puntualizó el secretario.

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