

23 de diciembre de 2025 - 2:35 PM


Arecibo - Pedro González De León, de 92 años, tendrá que enfrentar juicio en febrero por supuestamente amenazar a su expareja de 79 años y debe seguir durmiendo fuera de su casa en Hatillo, luego que una jueza del Tribunal de Arecibo encontrara causa en su contra por violación a la Ley 54 de Violencia Doméstica.
El hijo de González De León, quien es su cuidador, tampoco puede entrar a la residencia a buscar los medicamentos del imputado porque enfrenta otra orden de protección por parte de su madre.
La jueza Leyla Graulau Igartúa, del Tribunal de Arecibo, encontró causa por el Artículo 3.3 bajo la Ley para la Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica (Ley 54-1989). Sin embargo, desestimó el Artículo 3.1 de maltrato y le leyó las advertencias de la orden de protección en su contra.
“No debe tener contacto con ella. Todo acercamiento está prohibido”, le advirtió la togada. A lo que González De León respondió: “Lo entendí muy bien”.
Después de pagar una fianza de $6,000, el adulto mayor pernocta con un grillete en un centro de cuido de personas de edad avanzada –cerca de la casa en la que vive, por el momento, su hijo–, pagado con los pocos recursos de la familia y donaciones que han recibido. Tras su arresto, permaneció cuatro noches en el Centro Médico Correccional.
Pedro González Méndez es el cuidador de sus padres y también vivía en la residencia en la que ocurrió la controversia. Su madre regresó, a principios de diciembre, a la isla después de décadas viviendo fuera de Puerto Rico. Los dos adultos mayores llegaron al tribunal en bastones y con complicaciones para caminar.
“Soy como el árbitro entre ellos dos. Esto me afecta a mí también porque yo la quiero también a ella. Los amo, pero, como pueden ver, el hermano (de ella) la manipula. Cuando ella empezó a tartamudear, él se fue de la sala, de mala manera. (...) Mi papá lleva toda la vida ahí (en la residencia de Hatillo), y es doloroso verlo así”, contó el hijo fuera de sala, al compartir que nunca había presenciado un incidente de violencia doméstica “de tal magnitud” entre sus padres.
Los hechos se remontan al 10 y 11 de diciembre, cuando la víctima denunció que González De León supuestamente le provocó una caída, la amenazó de muerte y la ofendió con palabras soeces.
“Fue problemas que tuvimos yo y el señor. Él se pasaba botándome de la casa”, declaró la adulta mayor, de 79 años, en la sala 204, y señalando a su exesposo, al que tenía de frente mientras declaraba.

Por su parte, el imputado insistió a la prensa que los señalamientos de su expareja –a quien este medio no identifica para proteger su identidad– “son mentira” y que tiene su “conciencia limpia”. “Nunca le levanté una mano a esa señora”, afirmó.
“Estamos preparados para el juicio. En esa etapa, la fiscalía no tiene excusa. El problema de aquí es la falta de compromiso de investigar. El Ministerio Público no está procurando la evidencia pertinente antes de someter una persona inocente a encarcelamiento”, señaló el abogado de González de León, Pedro Tomás Berríos.
El abogado acusó a la fiscalía de no haber entrevistado al hijo o a vecinos sobre los incidentes que señaló la expareja, que no pudo ni leer su declaración jurada y cambiaba de versiones durante su testimonio.
Por su parte, la fiscal Natalia Quiñones, de la Unidad Especializada de Violencia Doméstica, se reservó si el Ministerio Público irá en alzada por el cargo que no se encontró causa.
Luego de los alegados incidentes de violencia, la perjudicada solicitó una orden de protección contra su expareja y su hijo, esta última por supuesto maltrato a personas de edad avanzada.
Sin embargo, la mujer planteó a la jueza que su hijo había tomado el bando de su exesposo. “En vez de estar a favor mío. Madre es una y es la que pare, porque padre puede ser cualquiera”, señaló, al alzar la voz y dirigirse, desde el podio, a González Nieves, que estaba al fondo en el salón escuchando los planteamientos de las partes.
“Él (González De León) la está pasando mal, porque él tiene un perrito. Mi mamá lleva más de 30 años fuera. En 1994, nosotros nos fuimos para allá. Se pudo ver que a ella se le olvidan las cosas. Vamos a dejar esto en manos de Dios y que salga la verdad”, respondió, en tanto, González Nieves, el único hijo de tres de la pareja que les que queda vivo.
En medio del litigio criminal, la familia enfrenta una controversia por los terrenos en la que fue construida la casa en el barrio Bayaney de Hatillo, en la que ha vivido González De León las pasadas décadas. Mientras la perjudicada insiste que la propiedad está a su nombre, su exesposo defiende que fue quien la construyó y la ha vivido con su hijo que le cuida.
“Me duele verla ahí y el viejo en otro lado, en vez de estar tranquilos. Los tengo en el mismo doctor para poder bregar con ellos dos y está ocurriendo esta situación. Mi papá necesita unos medicamentos y, ahora, tengo que sacar un papel para ver cómo puedo ir a la casa a buscarlos“, lamentó.
La lectura de acusación fue pautada para el 22 de enero y el juicio para comenzar el 5 de febrero.
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