Cuando le mencioné a ciertos allegados que iba a estar un tiempo prolongado en México, pegaron un grito en el cielo. Su reacción de preocupación reflejó ideas erradas que difunden algunos medios de comunicación americanos sobre esa nación. Se trata de una percepción de un país tercermundista, cundido de criminalidad y estancado en tiempos indígenas. Sin embargo, la realidad de México es otra.
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