Yo, escritor hasta la muerte, vivo porque escribo. Vivo en mi lengua, que es mi patria, y vivo en la lengua y en la memoria de mi pueblo. Ninguna tiranía puede quitarme la lengua en la que escribo, afirma Sergio Ramírez

Negarse a las posibilidades del diálogo como salida a una crisis política parece insensato. Pero en el caso de Nicaragua primero hay que preguntarse qué clase de diálogo, y con quién. Y para qué, plantea Sergio Ramírez

Hoy el puritanismo vive un periodo de resurrección y guía la nueva edad de la fe. Va desde la censura y la supresión, hasta la prohibición y la cancelación. Una renovada fe, intransigente y cerrada, que alcanza tanto a la derecha como a la izquierda, escribe Sergio Ramírez

Si yo soy nicaragüense, lo soy a la manera de quien no puede ser otra cosa. Nicaragüense de mi lengua, que es la lengua en boca de todos, desde la que no hay exilio posible, escribe Sergio Ramírez