

El foco principal de atención en cuanto al COVID ha sido la mortalidad causada por esa infección. Nos referimos a las variantes y subvariantes de la cepa ómicron, pero terminamos siempre enfatizando su letalidad y comparando la mortalidad de una versus la otra. Finalmente concluimos que las nuevas variantes son menos letales que la cepa original que salió de Wuhan, China, en 2019. Muy pocas veces nos enfocamos en los pacientes que sobreviven el COVID, que son la gran mayoría, y pocas veces prestamos atención a la discapacidad funcional que sufren muchas de sus víctimas después de recuperarse de los efectos inmediatos de la enfermedad.
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