Es importante tomar conciencia sobre la gravedad de esta situación para erradicar la violencia de género, y a su vez exigirles a los respectivos gobiernos la toma de medidas, dice Ashley M. Méndez Ruiz
Es importante tomar conciencia sobre la gravedad de esta situación para erradicar la violencia de género, y a su vez exigirles a los respectivos gobiernos la toma de medidas, dice Ashley M. Méndez Ruiz
Una alarmante situación que ha sido subrayada ante el confinamiento por COVID-19 es la violencia de género, especialmente aquella violencia machista catalogada como íntima y/o intrafamiliar. La mujer víctima de este tipo de violencia se ve ahora confinada con su victimario las veinticuatro horas del día. Se encuentra sin respiro en una cárcel indeseada. El confinamiento por motivo del COVID-19 incrementa las sensaciones de miedo, incertidumbre e inseguridad, lo que a su vez agrava la situación de las mujeres que sufren violencia machista. Y es que este panorama crea el entorno idóneo para que los agresores sientan y ejerzan mayor control sobre sus víctimas. Los agresores asumen el confinamiento como una situación ideal en términos de control y dominación. Este control y estrés continuo puede incrementar los episodios de agresión psicológica, física y/o sexual hacia las mujeres y sus dependientes.
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