


Imagina que, tras años vendiendo tu receta familiar de mofongo en línea, decides abrir un restaurante con un amigo inversionista. Firmas un contrato de arrendamiento y empiezas a recibir clientes. Seis meses después, tienes problemas: tu amigo exige la mitad del negocio, el dueño del edificio amenaza con el desalojo por falta de permisos y un exempleado te demanda por haberlo clasificado como contratista.
¿Qué salió mal? Confiaste en acuerdos verbales y pensaste que resolverías todo sobre la marcha, porque “así es que se hace”. Pero eso suele terminar mal.
Muchos empresarios descubren, a menudo demasiado tarde, que ciertos errores legales pueden destruir, en semanas, el arduo trabajo de años.
A continuación, explicamos los problemas más comunes que suelen enfrentar las empresas y que podrían evitarse tomando los pasos adecuados:
Si no configuras correctamente tu negocio, tus activos personales podrían estar en riesgo. Las compañías de responsabilidad limitada, conocidas por sus siglas en inglés LLC, y las corporaciones ayudan a separar las finanzas personales de tu negocio. Un abogado puede ayudarte a elegir qué estructura jurídica es más conveniente considerando tu situación particular. Completar ese trámite costará poco ahora en lugar de costarte todo en el futuro.
Los acuerdos verbales están bien hasta que alguien recuerde algo distinto. Ya sea que estés trabajando con proveedores, clientes o contratistas, consíguelo por escrito.
3. No proteger tus ideas
Tu marca, recetas y diseños son valiosos. Si no los proteges, otro podría reclamarlos como propios.
Registra tu nombre y tu trabajo creativo, y considera la obtención de una patente en la Oficina de Marcas Comerciales y Patentes de Estados Unidos (USPTO, en inglés), de ser necesario.
Es mucho más barato registrar bien tus ideas que luchar contra los imitadores más tarde.
Clasificar erróneamente a los empleados o no contar con un manual del empleado puede dar lugar a demandas costosas. Podrías terminar pagando decenas de miles de dólares por llamar a los empleados “contratistas” por error. Gestiona acuerdos y políticas de empleo antes de contratar a nuevos empleados.
Lanzar un negocio con socios sin acuerdo escrito es como un matrimonio sin acuerdo prenupcial. ¿Quién decide qué? ¿Qué pasa si alguien quiere salir?
Establecer por escrito, las facultades, responsabilidades y las condiciones en las que se establece o se disuelve una sociedad, puede ser incómodo, pero es más conveniente abordarlos por adelantado, en especial, cuando las partes se encuentran en una etapa cordial y amigable.
Es fácil ignorar un permiso o una licencia, pero eso puede derrumbar tu negocio.
Desde negocios de alimentos en el hogar y problemas de zonificación hasta licencias vencidas, asegúrate de saber qué autorización específica necesita tu empresa antes de comenzar operaciones.
Pequeños errores fiscales pueden convertirse en auditorías por parte del Departamento de Hacienda, el Servicio de Rentas Internas federal e incluso, en sanciones y gravámenes.
Los abogados contributivos estructuran los negocios para minimizar la responsabilidad legal y representarlos en disputas, idealmente, antes de que surjan problemas con las autoridades tributarias.
Adquirir una póliza de seguro se siente caro hasta que la necesitas. Existen diversidad de seguros para empresas, incluyendo seguros para sus oficiales y ejecutivos hasta seguros para recuperar pérdidas en caso de robo o desastres o para responder por los daños que pueda recibir un empleado o un cliente que visite el establecimiento.
Podrías gastar miles de dólares defendiendote de una demanda que el seguro pudo haber cubierto. En la jerga formal, se conocen como seguros de Responsabilidad Civil, Propiedad y Cobertura Profesional, entre otros: habla con una persona debidamente autorizadada sobre lo que necesitas.
Si recopilas información de tus clientes, eres legalmente responsable de protegerla. Las leyes de privacidad también se aplican a las pequeñas empresas. Las violaciones de datos pueden traer demandas y multas. Configura una política de privacidad y asegúrate de cumplirla.
Ignorar los conflictos con clientes, proveedores o empleados solo los agrava. Mientras más esperas, peor se pone. A la primera señal de una disputa seria, consulta a un abogado. Los problemas legales suelen comenzar de forma pequeña y convertirse en crisis.
Los empresarios exitosos consideran la protección legal una base, invierten en estructuras adecuadas y buscan asesoría profesional desde el principio. Puedes pagar menos ahora para estar preparado, o pagar mucho más y más tarde para corregir errores. Tu sueño empresarial merece una base legal sólida.

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