Cuando a mediados de 2012 los auditores de la Oficina de la Contralora empezaron a percibir un tufo extraño emanando de las operaciones de la Administración para el Desarrollo Socioeconómico de la Familia (Adsef), la defensa de los directivos de esa agencia la emprendió la veterana abogada Nydia Cotto Vives, quien era entonces contratista de la dependencia.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project