
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Ángel Pérez Otero no había aprendido aún a graduar el acondicionador de aire de su oficina en la alcaldía de Guaynabo cuando empezaron a rodearlo, como abejas al panal, las dos siniestras figuras que terminaron enredándolo en el sórdido asunto que lo tiene hoy mirando de frente al abismo de una larga sentencia de cárcel.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: