Esta es una columna dura, pero hay que decirlo: sea culpable o no, lo que ya ha probado el caso de Sixto George es que el asesinato de carácter en Puerto Rico está vivo mientras la payola siga creciendo. De una combinación de la palabra en inglés “pay” y “vitrola” (donde se tocaban discos antaño), payola no es otra cosa que el músico que paga y soborna para que toquen su música en la radio para impulsar su carrera, aunque su música sea floja. Hoy es mucho más: payola también es la actividad normalizada de dar regalos o dinero a “influencers” en radio y televisión que posan como periodistas y sobornarlos para que ajusten sus reportajes.
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