Tribunales en Estados Unidos y Puerto Rico han validado este síndrome en el contexto de la legítima defensa, siempre y cuando se demuestre, escribe Hiram Sánchez Martínez
Tribunales en Estados Unidos y Puerto Rico han validado este síndrome en el contexto de la legítima defensa, siempre y cuando se demuestre, escribe Hiram Sánchez Martínez
Hace 45 años, Francine Hughes, una ama de casa de Michigan, víctima de extrema violencia machista de parte de su marido, esperó a que este se quedara dormido estando borracho, y luego de hacer que sus hijos menores de edad tomaran sus abrigos y fueran a esperarla al carro, tomó un galón de gasolina, subió al cuarto de él, lo regó alrededor de su cama y le pegó fuego. Luego se entregó a la Policía. Naturalmente, el hombre murió carbonizado. Acusada por asesinato, un jurado, por veredicto unánime, la declaró no culpable por razón de insanidad mental transitoria. Ese caso se volvió célebre cuando se escribió un libro sobre él y fue llevado a una película de televisión (The Burning Bed) en 1984, con Farrah Fawcett (Charlie’s Angels) como la protagonista.
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