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El coro puertorriqueño en Washington

Sin mollero político, voto presidencial o representación legítima en el Congreso de Washington, hay que poner a correr al billete. Para empeorarlo, nuestro mensaje pagado siempre ha sido confuso, indisciplinado, contradictorio, desafinado, escribe Orlando Parga

22 de enero de 2021 - 3:48 PM

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With the U.S. Capitol in the background, authorities stand by newly placed fencing around the Capitol grounds the day after violent protesters loyal to President Donald Trump stormed the U.S. Congress in Washington, Thursday, Jan. 7, 2021. (AP Photo/Evan Vucci) (The Associated Press)

El único cabildero oficial que tenemos los ciudadanos americanos de Puerto Rico destacado en Washington es la comisionada residente Jenniffer González, a la que elegimos como delegada (con asiento, pero sin voto) en la Cámara de Representantes, como dispuesto está en nuestra Constitución. Lo demás es “combo agrandado” de multimillonario costo: La “Puerto Rico Federal Affairs Administration” (PRFAA), agencia pública originalmente creada para dar apoyo al comisionado residente, que posteriormente asumió un rol adversativo por los desencuentros políticos entre los gobernadores y comisionados de turno; y la Comisión de la Igualdad, cuerpo de cabilderos creado para cumplir el mandato a favor de la estadidad. Las operaciones de PRFAA nos cuestan unos $2.9 millones anuales.

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