

El concepto es medieval pero vigente en el Estado contemporáneo: como buen padre, el poder de parens patria era un atributo de los monarcas que incluía el deber de cuido sobre sus súbditos. En tiempos modernos, se trata de la responsabilidad inherente de todo gobierno de proteger a las personas que no pueden ampararse por sí mismas. En ocasiones, esta responsabilidad puede entrar en conflicto con aquella que tenemos los padres en el cuido de nuestros hijos. En este mismo espacio, detallé hace unos meses como el derecho constitucional e imperativo de los padres de criar a los menores no es uno absoluto.
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