

Invertido un millón de dólares de fondos públicos para sembrar la semilla de que el gobierno está realizando una espectacular obra y descubrir que el resultado ha sido extremadamente fútil, induce a la drástica medieval reacción de aquellos reyes iracundos que ordenaron matar al mensajero porque el mensaje que trajeron no les fue favorable. Eso andan hoy haciendo los personeros de La Fortaleza con los resultados de La Encuesta de El Nuevo Día que ubican al gobernador Pedro Pierluisi en desventajosa fragilidad de frente a su contrincante en primarias, la comisionada residente Jenniffer González. O sea, que la culpa corresponde al encuestador y, por consiguiente, hay que castigarlo desacreditándolo.
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