

Ayer, martes, 23 de septiembre, día en que un evangelista sudafricano pronosticó que tendría lugar “el rapto o arrebato”, cuando los verdaderos cristianos serían elevados al reino de los cielos, Donald Trump, descargó contra la Organización de las Naciones Unidas por sus supuestos desaciertos y por no haberlo apoyado a él en sus misiones de detener guerras. En asamblea general de esa entidad con sede en Nueva York, despotricó contra sus adversarios políticos pasados y presentes. Además, se ufanó falsamente de una economía floreciente en comparación con la anterior, les advirtió a los presentes que sus naciones van “camino del infierno” y les reclamó que deberían apoyar la solicitud de Israel y Paquistán de concederle el Nobel de la Paz.
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