A ver, ¿agua es masculino o femenino? Despacito, para no resbalarnos en este lapachero... Agua es un sustantivo femenino. Y se supone que concuerde en género y número con sus determinantes y adjetivos. La regla dice: las nenas con las nenas y los nenes con los nenes. “Ante nombres femeninos se usan los demostrativos esta, esa y aquella, que también tienen la primera vocal tónica, (y aunque estén frente a otra a tónica, como en el caso de [água])”. Fin de la controversia: [ésa água]. Pero, si eso es así, ¿por qué decimos el agua y no la agua. Aquí la puerca entorchó el rabo. Amigo querido, el acento, en lengua oral, puede cambiar las reglas del juego: fíjese. Los sustantivos femeninos que empiezan con una a tónica, no admiten artículos nenas (la), exigen “varones” ante ellas. ¿Por qué? Agárrese bien: Nos dice Alba que en estos casos “el es una forma del artículo femenino que, igual que la, deriva del antiguo ela, del latín illa: ela agua”. Interesante ¿verdad? Otros dicen que es por eufonía, pero nada que ver. En fin, que este fenómeno de raíces históricas, añade el autor, se generalizó en los usos de los indefinidos como en “un alma”. Amigo lector, relájese que esto sigue así que por favor, trate de no ahogarse en un vaso de agua, por lo menos hasta mañana. Bébasela. ¡Salud!
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