El máximo líder del MVC la emprendió no solo contra la radioemisora, sino también contra uno de los pilares de la democracia, escribe Antonio Quiñones Calderón
El máximo líder del MVC la emprendió no solo contra la radioemisora, sino también contra uno de los pilares de la democracia, escribe Antonio Quiñones Calderón
Leía en estos días un libro del escritor austríaco Stefan Zweig en el que hace referencia a la fragilidad de la democracia y las libertades que esta contiene y llega a la conclusión de que nunca un derecho se ha ganado para siempre, como tampoco está asegurada la libertad frente a la violencia, que siempre adquiere nuevas formas. “A la humanidad siempre le será cuestionado cada nuevo avance, como también lo evidente se pondrá en duda una y otra vez. Precisamente cuando ya consideramos la libertad como algo habitual y no como el don más sagrado, de la oscuridad del mundo de los instintos surge un misterioso deseo de violentarla”, advierte el autor.
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