

Circulitos rojos de notificación, corazoncitos y dedos pulgares que secuestran mi atención a diario: ¿quién diría que estos provocan en mi cerebro esa misma fiesta de placer que cuando como chocolate, tengo un orgasmo o tomo una siesta? Facebook lo diría, pero no en voz alta. ¿Cómo divulgarlo, si es precisamente el motor de su cártel de la atención humana? ¿Cómo divulgar que es un proceso que puede volverse adictivo, con la misma neurobiología que la adicción a sustancias, si su prioridad es crecer, y no proteger nuestra salud mental?
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: