Puerto Rico es un país que se ha negado progresar por miedo al cambio. Aunque el resto del mundo ha hecho ajustes en mayor o menor grado para mejorar su calidad de vida, Puerto Rico ha pregonado que disfrutaba de un falso progreso cuando realmente estaba en camino al estancamiento actual. Aunque la mayoría de la ciudadanía está educada, por desgracia es altamente conformista ante los problemas que obstaculizan su progreso. Este conformismo extremo ha entregado nuestro presente y nuestro futuro a individuos que no han sido capaces o no han querido cambiar lo que por mucho tiempo ha resultado ser obsoleto.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project