
Opinión
Explica ideas y extrae conclusiones basadas en la interpretación de hechos y datos.
Como médico, he aprendido a reconocer el deterioro social en los cuerpos antes que en los presupuestos. Se manifiesta en las salas de emergencias, en los diagnósticos tardíos, en la fatiga sin remedio. Hoy, ese deterioro no es producto del abandono, sino del cálculo. Y su arquitectura ya no se disfraza de accidente. Viene con nombre, título de ley, y un discurso que promete restaurar el orden. El “One Big Beautiful Bill Act” no busca sanar el sistema. Busca redefinir quién sirve y quién estorba.
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