La entrada de Airbnb a Puerto Rico, por lo menos antes del brote del COVID-19, ha tenido una gran acogida. Esta plataforma digital permite que los dueños de propiedades puedan poner sus viviendas disponibles para alquiler a corto plazo. La misma ha levantado pasiones entre partidarios que defienden a la empresa como portaestandarte de la innovación tecnológica, y detractores que incluyen dueños de hoteles, quienes alegan que la competencia es injusta, y residentes que reclaman que esta plataforma tecnológica reduce la disponibilidad de vivienda en sus comunidades.