

Hoy día, el cáncer afecta a millones de personas en Estados Unidos y Puerto Rico. De hecho, es la primera causa de muerte en la isla.
¿Sabías que los agentes cancerígenos son activados por agentes infecciosos, el uso de tabaco, el estrés, el patrón de alimentación, la obesidad y el consumo de alcohol? Estos factores provocan hasta un 90% de todos los diferentes tipos de cánceres. En especial, los factores dietéticos y la inactividad física contribuyen a aproximadamente un tercio de todos los cánceres.
La evidencia científica que relaciona a los alimentos específicos con un menor riesgo de ciertos cánceres está vinculada con el consumo de frutas, vegetales y cereales integrales. Además, el consumo de estos alimentos que ofrecen fitoquímicos y antioxidantes, encontrados en alimentos funcionales, brinda beneficios alternos a la salud, a partir de la nutrición.
Por otro lado, podemos encontrar ciertos componentes a través de una nutrición balanceada, los cuales retrasan y reducen el riesgo de diferentes tipos de cánceres. A estos se les conoce como fitoquímicos. Son alimentos funcionales encontrados en ingredientes a través de diferentes grupos de alimentos como las frutas, los vegetales y los granos integrales. Se caracterizan por su protección ante microorganismos y prevención de daños oxidativos, y se distinguen por su aroma, color y sabor a través de más de 2,000 pigmentos de origen vegetal.
Entre ellos, betacaroteno, licopeno, luteína y zeaxantina. Se encuentran en el brécol, el tomate, el ajo, las zanahorias, los vegetales de hojas verdes, las hortalizas suculentas, el melocotón, el melón cantaloupe, las chinas mandarinas y el melón de agua.
Encontrado en las cebollas y el ajo.
Entre ellos las antocianinas y las antoxantinas. Suelen encontrarse en la pigmentación de color rojo y azul intenso en frutas y vegetales como: uvas rojas, frambuesa, arándanos y cerezas, entre otros; y de pigmentación blanca como: coliflor, repollo y cebolla blanca, entre otros.
Encontrados en vegetales crucíferos como: el brécol, el repollo, el kale, la coliflor y las coles de bruselas.
Ingrediente conocido como ácido fítico. Es encontrado en cereales como: el salvado, el maíz, la avena, el arroz, el centeno y el trigo, como también en las nueces y la soja.
Mayormente encontrados en los productos de soja, con una capacidad antioxidante similar al grupo de los índoles y los glucosinolatos.
Encontrados en las semillas de linaza y los cereales de grano integral.
Entre ellos, el ácido elágico y el resveratrol. Por lo general, se encuentran en el té verde, las uvas, el vino, los cítricos, las manzanas, los cereales integrales y los cacahuetes.
Algunos alimentos y el humo de cigarrillos son las fuentes principales de exposición a la acrilamida para la población general. Entre ellos, las papitas fritas, galletas, panes, cereales y granos, aceitunas negras enlatadas, jugo de ciruela procesado y café. Suele formarse en métodos de cocciones tales como freír, asar u hornear estos tipos de alimentos.
Conocido como uno de los carcinógenos más comunes en el mundo y formado al metabolizar el alcohol. Aumenta el riesgo de cáncer colorrectal, cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de hígado y páncreas, cáncer de boca, faringe y laringe.
Son compuestos mutagénicos formados en la sobrecocción y exposición a altas temperaturas de carnes como el res, pollo, pavo y pescados.
Asociados a la probabilidad de causar cáncer de próstata debido a su alto contenido de grasas trans.
Conocidos como endulzantes y “azúcares de dieta”. Estudios en animales muestran índice de cáncer en el consumo de aspartamo, sacarina, sucralosa y ciclimato.
Encontrados en forma de preservativo mayormente en embutidos, como la jamonilla, salchichas, tocineta, entre otros.
1. Prepara: Prepara un listado de compra y planifica los productos de alimentos que vas a escoger en el supermercado. Selecciona alimentos frescos y menos procesados.
2. Observa: Identifica algunos de los ingredientes anteriormente descritos a la hora de seleccionar diferentes alternativas de alimentos. El orden de los ingredientes determina la cantidad, ya sea de mayor a menor, de cada uno en la composición total del producto.
3. Limita: Reduce el consumo de alimentos procesados, altos en grasas saturadas y trans, entre ellos, embutidos, frituras y empanados, carnes rojas, productos lácteos altos en grasa y el consumo de alcohol. Además, reducir la ingesta de alimentos altos en azúcares refinadas como: dulces, chocolates, productos de repostería, jugos y bebidas endulzadas puede prevenir factores indirectos relacionados al cáncer como es la obesidad.
4. Prefiere: Selecciona alimentos de grano íntegro y alternativas altas en fibra, como las frutas y los vegetales frescos. Aumenta el consumo de carnes blancas y utiliza métodos de cocción adecuados.
5. Enfoca: Alimentos con función antiinflamatoria como los ácidos grasos (omega-3) en aceites de pescados, nueces, semillas y aguacate.
6. Mantente: Recuerda hidratarte a través del consumo adecuado de agua. Esto puede ayudar a que tu cuerpo mantenga sus funciones en óptimas condiciones.
7. Promueve: Practica diferentes tipos de actividad física a medida que tengas la capacidad de hacerlo. Con al menos 30 minutos de actividad cardiovascular (aeróbica), de lunes a viernes, promueves tu salud y bienestar.
Un plan individualizado y ajustado a tus necesidades nutricionales, gustos y preferencias puede brindarte el balance nutricional en tu patrón de alimentación.
El autor es nutricionista dietista y miembro del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico.
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