PRESENTADO POR
Puerto Rico Saludable
Se adhiere a los criterios de The Trust Project

9 factores de riesgo que influyen en el desarrollo de la demencia

Aunque no tiene cura, se puede reducir la progresión

28 de abril de 2023 - 12:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
Hacer ejercicio y tener una die­ta balanceada ayuda a mantener lsalud cognitiva. (Shutterstock)

La pérdida de atención, memoria y comunicación son las tres caracterís­ticas principales de la demencia, de acuerdo con el psicólogo y especialista en medicina conductual y director clínico del Hospital Menonita CIMA, doctor Humberto Cruz.

La demencia no es una enfermedad, sino un término general que se refiere a un conjunto de síntomas que afectan la función cognitiva como la memoria, el pensamiento y el razonamiento.

“Es un término sombrilla que se utiliza para dar paso a conceptuar el hecho de que un paciente sufre una alteración en la capacidad de pensar, de tomar deci­siones, de recordar y que poco a poco interfiere en las actividades de la vida diaria”, detalló el psicólogo, quien añadió que el alzhéimer es el tipo de demencia más común.

De igual forma, Cruz señaló que, aunque la demencia puede afectar a los adultos mayores, no forma parte del envejecimiento normal.

“No es normal que pensemos que por­que [alguien] es viejo le va a dar demen­cia. Eso es un mito, no es una realidad”, enfatizó. No obstante, la demencia en Puerto Rico continúa incrementando. Cruz informó que, en el 2022, se reco­gieron datos que reflejaron un aumento de casi 116,000 casos de demencia en pacientes de edad avanzada y se estima que para el 2050 se alcancen los 232 mil casos. “Un perfil epidemiológico reciente calificó el tipo de demencia de Alzheimer entre las primeras siete cau­sas de muerte en Puerto Rico”, reveló el especialista.

Los síntomas de la demencia pueden variar por persona. Entre los más comu­nes, el psicólogo destacó la pérdida de memoria, dificultad para comunicarse, problemas para realizar tareas cotidia­nas, cambios de humor y personalidad, dificultad para orientarse en tiempo y espacio, y problemas de atención.

“Estas personas comienzan a utilizar palabras poco usuales, a darles signifi­cados a objetos por nombre erróneos; pueden tener lapsos en que pregunten a un familiar quién es o que le cambien el rol. También, pueden perderse odesorientarse en lugares conocidos y olvidar los nombres de personas cerca­nas”, detalló Cruz.

Aunque la demencia es crónica, progre­siva y no tiene cura, existen tratamientos y terapias que pueden ayudar a aliviar los síntomas, y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. También, hay medidas que se pueden tomar para prevenir o retrasar su desarrollo. Por eso, es importante cono­cer los factores de riesgo conocidos para la demencia, entre los cuales, el psicólogo mencionó:

  • Edad avanzada: La edad es el factor más importante, ya que el riesgo aumenta significativamente cuando se enveje­ce. “Las personas con 65 años o más comienzan a dar indicios con la presen­tación de alguno de los síntomas y existe una tasa de vida de aproximadamente 20 años, luego del diagnóstico. Si la enfermedad progresa, se acorta la vida”.
  • Historial familiar: Tener familiares cer­canos con demencia (padres o hermanos).
  • Enfermedades crónicas: Tener ciertas enfermedades como las cardiovasculares, diabetes, hiper­tensión y trastornos en el metabo­lismo.
  • Salud deficiente del corazón: “Las enfermedades coronarias del corazón son top tres en Puerto Rico y se ha demostrado que la presión arterial alta, el colesterol alto y fumar aumentan el riesgo de la demencia, si no se tratan de manera adecuada”.
  • Grupos étnicos: Los estudios a nivel de raza demuestran que los afroamericanos tienen el doble de probabilidad de presentar demen­cia que la raza blanca. En las per­sonas hispanas, la probabilidad es 1.5 veces mayor que en la raza blanca.
  • Lesiones cerebrales traumáticas o infecciones del cerebro: Una persona que sufre una contusión, y no se atiende, puede aumentar su riesgo, especialmente, si son graves o tuvo un sangrado.
  • Estilo de vida poco saludable: Falta de ejercicio y ausencia de una die­ta balanceada.
  • Consumo excesivo de alcohol: Los trastornos de alcohol están vinculados a un mayor riesgo de demencia temprana.
  • Depresión o el aislamiento social: Una depresión a largo plazo, entiéndase comprometido aními­camente por un período de dos años o más, pudiera ser un factor precipitante de esta condición cuando la persona cumpla 65 años o más.

Cabe destacar que tener uno o varios factores de riesgo no significa que una persona desarrollará demencia, pero sí que aumenta la probabilidad. Por eso, es vital fomentar estilos de vida saludables y recibir la atención médica que ayude al manejo y control de las enfermedades crónicas.

¿Cómo ayudar a un paciente con demencia?

Para el especialista en medicina con­ductual es fundamental la integración del componente interdisciplinario que permita al paciente integrarse a su entorno de manera efectiva y proactiva.

“El paciente con demencia comienza a sentir que ya no es útil, se confunde, experimenta alteraciones de humor, ansiedad e inquietud, y el abordaje se hace un poco más difícil. Por eso, hace­mos una entrevista profunda al paciente y a los familiares para poder ayudarlo a redirigir esas emociones y crearle un plan de activación conductual que le permita realizar tareas simples que le causen placer, como caminar, ejerci­cios, rompecabezas o crucigramas”, detalló.

Cruz reconoció los beneficios del tra­tamiento farmacológico para aumentar los niveles de neurotransmisores que participan en el rol de la memoria, el aprendizaje y el sentido de la realidad, pero, al mismo tiempo, entiende que la clave está en incluir el componente psicológico y emocional que ayude al paciente a mejorar la calidad de vida que se ha visto afectada.

“Es importante abordar el contexto familiar y ofrecerle asesoramiento en estrategias preventivas que eviten que los miembros sufran de un trastorno de quemazón. Además, [es necesario] ayu­darles con herramientas de aceptación, compromiso y planes de contingencia para trabajar los síntomas del pacien­te, así como ofrecerles estrategias de afrontamiento y adaptación para que puedan ayudar al paciente”, puntualizó.

La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.

BrandStudio
Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

Ups...

Nuestro sitio no es visible desde este navegador.

Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: