

La pérdida de atención, memoria y comunicación son las tres características principales de la demencia, de acuerdo con el psicólogo y especialista en medicina conductual y director clínico del Hospital Menonita CIMA, doctor Humberto Cruz.
La demencia no es una enfermedad, sino un término general que se refiere a un conjunto de síntomas que afectan la función cognitiva como la memoria, el pensamiento y el razonamiento.
“Es un término sombrilla que se utiliza para dar paso a conceptuar el hecho de que un paciente sufre una alteración en la capacidad de pensar, de tomar decisiones, de recordar y que poco a poco interfiere en las actividades de la vida diaria”, detalló el psicólogo, quien añadió que el alzhéimer es el tipo de demencia más común.
De igual forma, Cruz señaló que, aunque la demencia puede afectar a los adultos mayores, no forma parte del envejecimiento normal.
“No es normal que pensemos que porque [alguien] es viejo le va a dar demencia. Eso es un mito, no es una realidad”, enfatizó. No obstante, la demencia en Puerto Rico continúa incrementando. Cruz informó que, en el 2022, se recogieron datos que reflejaron un aumento de casi 116,000 casos de demencia en pacientes de edad avanzada y se estima que para el 2050 se alcancen los 232 mil casos. “Un perfil epidemiológico reciente calificó el tipo de demencia de Alzheimer entre las primeras siete causas de muerte en Puerto Rico”, reveló el especialista.
Los síntomas de la demencia pueden variar por persona. Entre los más comunes, el psicólogo destacó la pérdida de memoria, dificultad para comunicarse, problemas para realizar tareas cotidianas, cambios de humor y personalidad, dificultad para orientarse en tiempo y espacio, y problemas de atención.
“Estas personas comienzan a utilizar palabras poco usuales, a darles significados a objetos por nombre erróneos; pueden tener lapsos en que pregunten a un familiar quién es o que le cambien el rol. También, pueden perderse odesorientarse en lugares conocidos y olvidar los nombres de personas cercanas”, detalló Cruz.
Aunque la demencia es crónica, progresiva y no tiene cura, existen tratamientos y terapias que pueden ayudar a aliviar los síntomas, y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. También, hay medidas que se pueden tomar para prevenir o retrasar su desarrollo. Por eso, es importante conocer los factores de riesgo conocidos para la demencia, entre los cuales, el psicólogo mencionó:
Cabe destacar que tener uno o varios factores de riesgo no significa que una persona desarrollará demencia, pero sí que aumenta la probabilidad. Por eso, es vital fomentar estilos de vida saludables y recibir la atención médica que ayude al manejo y control de las enfermedades crónicas.
Para el especialista en medicina conductual es fundamental la integración del componente interdisciplinario que permita al paciente integrarse a su entorno de manera efectiva y proactiva.
“El paciente con demencia comienza a sentir que ya no es útil, se confunde, experimenta alteraciones de humor, ansiedad e inquietud, y el abordaje se hace un poco más difícil. Por eso, hacemos una entrevista profunda al paciente y a los familiares para poder ayudarlo a redirigir esas emociones y crearle un plan de activación conductual que le permita realizar tareas simples que le causen placer, como caminar, ejercicios, rompecabezas o crucigramas”, detalló.
Cruz reconoció los beneficios del tratamiento farmacológico para aumentar los niveles de neurotransmisores que participan en el rol de la memoria, el aprendizaje y el sentido de la realidad, pero, al mismo tiempo, entiende que la clave está en incluir el componente psicológico y emocional que ayude al paciente a mejorar la calidad de vida que se ha visto afectada.
“Es importante abordar el contexto familiar y ofrecerle asesoramiento en estrategias preventivas que eviten que los miembros sufran de un trastorno de quemazón. Además, [es necesario] ayudarles con herramientas de aceptación, compromiso y planes de contingencia para trabajar los síntomas del paciente, así como ofrecerles estrategias de afrontamiento y adaptación para que puedan ayudar al paciente”, puntualizó.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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