

La acción de comprometerse con las medidas preventivas ayuda a disminuir los riesgos de defectos congénitos o de nacimiento. Según la gerente de Salud Materno Infantil de March of Dimes Puerto Rico, Yadira Tabales Defontaine, los trastornos congénitos se asocian a factores genéticos o ambientales, o a una combinación de ambos, por lo que, a través de medidas de prevención y del refuerzo de protección, se pueden prevenir algunas anomalías congénitas.
No obstante, no se tiene una garantía y no todos los defectos de nacimiento pueden prevenirse, ya que es difícil identificar una causa exacta. Según las estadísticas de March of Dimes, se desconocen las causas en el 70 % de los casos. Los defectos de nacimiento son anomalías que ocurren antes o en el momento del parto y pueden causar problemas físicos, mentales o médicos de leves a severos. Existen tres tipos principales de defectos congénitos genéticos: defectos por mutación de un solo gen, defectos congénitos cromosómicos y defectos congénitos multifactoriales.
Tabales Defontaine, quien es también educadora en salud comunal, informó que los trastornos congénitos son la primera causa de muerte en menores de un año y que uno de cada 33 bebés nace con un defecto de este tipo. Entre los defectos congénitos que se presentan en los nacimientos vivos o embarazos que no llegan a término están los defectos del corazón, defectos musculoesqueléticos, defectos del tubo neural (anencefalia, espina bífida), defectos orofaciales (labio y paladar fisurado), defectos gastrointestinales y las anomalías del cerebro, entre otros. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y March of Dimes reportan como los de mayor frecuencia a los defectos cardíacos, los defectos del tubo neural y el síndrome de Down. Según la educadora, los más prevenibles, basados en la disminución de riesgo al aumentar el incremento de ácido fólico, hierro, yodo, calcio o vitamina D, son los defectos de tubo neural y labio leporino.
Además, destacó que los padres tienen opciones para disminuir los factores de riesgo y los instó a informarse desde la planificación del embarazo o si están activos sexualmente en edades reproductivas.
¿Cómo disminuir los riesgos y aumentar la prevención?
Entre las herramientas, Tabales mencionó como prioridad el consultar con el médico desde antes de la concepción del embarazo o tan pronto te enteres. “De esta manera, puedes comenzar el trabajo en equipo con tu médico para identificar los factores de riesgo de la mamá o el bebé y modificar lo que se puede mejorar. El médico puede revisar el historial de ambos padres para saber cuán mínimo o alto puede ser el riesgo de un defecto congénito”, aseveró. Además, recomendó asegurarse de tener las vacunas al día, especialmente la de rubéola, y tomar 400 microgramos de ácido fólico diario desde antes del embarazo para prevenir los defectos del tubo neural.
“Está comprobado que incluir la vitamina de ácido fólico en la dieta ayuda, en gran manera, a disminuir los riesgos de defectos congénitos. Incluso, es importante añadirla en la dieta, a partir de los nueve años en niños”, sostuvo.
De igual forma, las modificaciones de estilos de vida que incluyan una alimentación nutritiva. En el caso de la mujer embarazada se considera fundamental consumir los alimentos ricos en folato. Entre estos, Tabales mencionó los alimentos verdes oscuros y brillantes como la mejor fuente (espinaca, espárragos y aguacate), al igual que, las chinas y las habichuelas. “El cuerpo nutre al bebé y debemos estar nutridas y con las reservas necesarias durante el embarazo y para el momento del parto”, puntualizó.
Medidas preventivas adicionales
Tabales hizo hincapié en fomentar el cuidado preventivo desde edades tempranas para detectar y controlar a tiempo predisposiciones que puedan afectar un futuro embarazo. Por ejemplo, una diabetes juvenil que desencadene en una diabetes gestacional. Algunos defectos congénitos se diagnostican antes del nacimiento, a través de pruebas prenatales como los ultrasonidos o la amniocentesis. Generalmente, se realizan pruebas de detección precoz (análisis de sangre) para saber si tienen un riesgo mayor de tener un bebé con ciertos defectos congénitos, como síndrome de Down y espina bífida.
La gerente de Salud Materno Infantil de March of Dimes reiteró que al hablar de defectos congénitos el enfoque es en el cuidado prenatal para poder diagnosticar a tiempo cualquier condición de salud que pudiese afectar, seguir las recomendaciones preventivas de cuidados de salud y alimentación, así como, disminuir conductas de riesgos. Además de conocer el historial de ambos padres para el cuidado preconceptivo o prenatal.
La educadora en salud exhortó a mantener el control continuo preventivo de la salud y abrazar un estilo de vida que le permita disminuir los riesgos de anomalías de nacimiento.
Para información adicional, visita nacersano.org o llama al 787-754-6023.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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