

La necesidad de trabajadores de la salud no es exclusiva de Puerto Rico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se espera que, para el 2030, exista una escasez mundial de 18 millones de profesionales de la salud. Por consiguiente, se requieren estrategias innovadoras que vayan más allá de la respuesta convencional del sector de la salud.
Entre las recomendaciones de la OMS para mitigar esa necesidad y mejorar la cobertura universal de salud, así como la salud y el bienestar, es reconocer el valor y la potencial contribución de las intervenciones de autocuidado. Estas proporcionan la base para que las personas puedan desempeñar un papel activo en la mejora de su propia salud.
La OMS define el autocuidado como la capacidad de las personas, familias y comunidades para promover su propia salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un profesional de la salud. Estas son las acciones que realizas para mantener y mejorar tu bienestar físico, mental y emocional.
Cuando creas conciencia y asumes la responsabilidad por ti mismo, eliges medidas proactivas que te ayudan a proteger tu salud y prevenir enfermedades. El enfoque de autocuidado es holístico y centrado en la salud y el bienestar de la persona, incluidos la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y las enfermedades transmisibles y no transmisibles.
De acuerdo con la OMS, al ser proactivo en la gestión de tu propio cuidado de la salud en áreas que incluyen la promoción de la salud, la prevención y el control de enfermedades, no reemplazas el sistema de atención médica, sino que accedes a opciones adicionales a la atención médica. A tales efectos, las intervenciones de autocuidado promueven la participación de las personas en su propio cuidado, impulsando mayor autodeterminación, autoeficacia, autonomía y compromiso con su salud.
Las estadísticas ofrecidas por la OMS indican que la reducción de los factores de riesgo personales como la inactividad física o el consumo de tabaco pueden prevenir el 81 % de las enfermedades cardiovasculares. Incluso, según el neurólogo vascular y codirector de la Unidad de Stroke de Menonita Caguas, doctor Julio C. Rodríguez Colón, cuando asumes hábitos que atacan los factores de riesgo cerebrovasculares, estás potencialmente previniendo una condición cardiovascular. La evidencia confirma que, al adoptar constantemente intervenciones de autocuidado de calidad, puedes reducir la mortalidad, la morbilidad, y mejorar tu salud y bienestar.
El autocuidado abarca una amplia gama de prácticas y hábitos saludables como una alimentación equilibrada, hacer ejercicios regularmente, dormir lo suficiente, manejo de estrés, mantener una vida social activa y relaciones saludables, evitar hábitos perjudiciales como fumar o consumir alcohol en exceso, y mantener las citas médicas y exámenes de detección, según especifican las guías propuestas por la OMS. De igual forma, se enfatiza de manera protectora y preventiva la importancia en la adherencia de los tratamientos para el manejo y el control de las enfermedades crónicas.
Además, la OMS reconoce como herramientas de intervenciones de autocuidado los medicamentos, dispositivos, diagnósticos, productos digitales basados en evidencia y de calidad que pueden utilizarse sin intervención de los médicos. Algunos ejemplos de intervenciones de autocuidado rentables y de calidad incluyen: disponibilidad sin receta de algunos productos anticonceptivos, pruebas de embarazo, condones y lubricantes, autotoma de muestras del virus de papiloma humano (VPH), infecciones de transmisión sexual (ITS) y autopruebas de VIH, y autocontrol de la presión arterial y glucosa en sangre.
A modo de ejemplo, el doctor Jorge Leavitt Caraballo, cardiólogo del Centro Cardiovascular de Puerto Rico, destacó el uso de los relojes inteligentes que incluyen aplicaciones que monitorean la arritmia cardíaca. “Estos relojes te avisan si tienes el pulso bajito o si estás teniendo arritmia cardíaca, y envían alertas y notificaciones. Son una herramienta útil y preventiva de autocuidado para monitorear la salud cardiovascular”, afirmó.
Además de prevenir enfermedades y disminuir el riesgo de contagio con infecciones de transmisión sexual, al adoptar prácticas saludables, puedes fortalecer el cuerpo y apoyar el proceso de curación. Seguir una dieta adecuada, cuidar la higiene de sueño, tomar los medicamentos según prescritos y cuidar tu bienestar emocional ayuda a mantener el sistema inmune en condición, lo que previene complicaciones crónicas y acelera la recuperación de las enfermedades.
Es significativo que la práctica de autocuidado incluya la salud mental y emocional. Las guías actuales de salud presentadas por la OMS y la Asociación Americana de Psicología (APA, en inglés) confirman que la salud tiene que verse como un todo. Entiéndase que la salud física depende de la salud mental y viceversa, por ende, el equilibrio optimiza el bienestar de la persona. Esto implica practicar técnicas de relajación, buscar apoyo social, establecer límites saludables, aprender a manejar el estrés y buscar ayuda cuando sea necesario.
Al reconocer que las acciones y los hábitos que elijas hoy para ayudar a mantener y mejorar tu salud física, mental y emocional, incluyendo conservar el tratamiento de las condiciones existentes, mitigas y retrasas la aparición de enfermedades, lo que contribuye a una vida más sana y plena.
La autora es periodista colaboradora de Puerto Rico Saludable.
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