

“Érase una vez que las personas que leyeron más vivieron más”... aunque esta aseveración parezca sacada de un cuento, es una realidad comprobada. En las últimas décadas, la neurociencia ha confirmado la capacidad que tienen las neuronas para formar nuevas conexiones entre ellas, entiéndase que el cerebro es capaz de modificarse.
Con el fin de investigar las diferentes herramientas para optimizar el cerebro, prevenir sus daños y retrasar su deterioro, se han realizado múltiples estudios. La mayoría de estos coloca la lectura como el entrenamiento que el cerebro necesita para mantener una salud óptima. Una de las investigaciones colocó el leer como el hábito que más contribuye al aumento de la reserva cognitiva.
De hecho, un estudio realizado en China y publicado en el 2021, confirmó que, aunque las personas estén en edad avanzada pueden mantener una buena habilidad cognitiva, un buen funcionamiento cerebral y llegar a la vejez con mejores condiciones intelectuales. Los datos recopilados examinaron el efecto de la lectura diaria sobre el riesgo de deterioro cognitivo en un seguimiento de seis, diez y catorce años, y se observó un menor riesgo de deterioro entre las personas mayores que leían con frecuencia. Los investigadores concluyeron que la lectura protege la función cognitiva en la vejez y hace frente a las enfermedades neurodegenerativas, como la demencia y el alzhémer.
Las capacidades o habilidades cognitivas son las que permiten percibir, atender, interpretar, analizar y responder a lo que nos rodea de manera adecuada. “Podría entenderse como la capacidad que tiene nuestro sistema nervioso para recibir y procesar la información que reciben nuestros sentidos, crear una memoria y un significado por medio del lenguaje, experimentar emociones al respecto y tomar decisiones futuras en base a esa experiencia”, detalló la psicóloga clínica Idalisabel Rodríguez Ginés.
De estas capacidades, la atención y la memoria son los dos aspectos que más se afectan con el tiempo. Sin embargo, los científicos creen que se puede retrasar ese deterioro con hábitos tan simples y gratificantes como la lectura. Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, en Estado Unidos, afirmó que las personas que leen con frecuencia viven más años. Según el estudio, leer al menos 15 minutos diarios es suficiente para mejorar la salud del cerebro. Los investigadores determinaron que los que leían libros viven un promedio de dos años más que los que no tienen ese hábito.
“Es que la lectura es un proceso complejo en el que el cerebro interpreta símbolos (letras y sonidos), los asocia con significados guardados en memoria, crea imágenes, experimenta emociones y aprende. Este ejercicio hace que las conexiones cerebrales aumenten y se vuelvan más ágiles. Esto, de forma continua, vuelve al cerebro más fuerte en contra del deterioro. Es similar a los huesos y músculos del cuerpo que, por el uso, se fortalecen”, destacó Rodríguez Ginés.
De igual forma, otra investigación que realizó la Escuela de Medicina de Yale en el 2017, que duró un período de doce años, resaltó que las personas que leen libros tienen un menor riesgo de morir, en comparación con quienes no leen. Estos hallazgos sugieren que los beneficios de leer libros incluyen una vida más larga.
Rodríguez, quien cuenta con once años de experiencia, recomienda a las personas que no tienen el hábito de la lectura, o que quieran retomarlo, a comenzar dedicándole de cinco a diez minutos diarios hasta establecer una rutina que incluya la lectura como parte de la vida.
“Hay suficiente evidencia científica para asegurar los beneficios de la lectura para la salud en general y para retrasar el deterioro cognitivo. A su vez, es una manera de evocar imágenes mentales que nos sacan de lo cotidiano y nos permiten experimentar emociones más positivas. Esto cobra relevancia ante el aumento de los trastornos de salud mental desde la pandemia, y es de conocimiento general que un trastorno mental no tratado pone en riesgo la salud”, aseveró la psicóloga.
Otra recomendación para leer más es reservar tiempo clave todos los días, por ejemplo: al levantarse, antes de acostare, en las salas de espera o durante los recesos. Además, puede comenzar con libros ilustrados, poesías, biografías o periódicos. La lectura es medicina preventiva para el cerebro y está al alcance de todos. Convertirla en un hábito no solo es beneficioso para la salud, sino que, añade calidad de vida a corto y largo plazo.
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