



Es fácil visualizar el daño que produce el ácido cuando hablamos de productos de limpieza. Inmediatamente, podemos ver cómo estos disuelven la capa en contacto con el producto. Sin embargo, no es tan fácil observar cómo los alimentos ácidos que ingerimos hacen un daño similar a nuestra salud oral.
Pensamos en el esmalte de los dientes como algo muy fuerte, pero al igual que cualquier otra superficie, puede descomponerse con la constante exposición a sustancias ácidas o si lo mantenemos en un ambiente de saliva ácida. Nuestra saliva puede variar en su nivel de pH o de acidez, convirtiéndose en un arma de defensa o de destrucción para nuestra boca.
Cuando la saliva se torna más ácida, puede causar erosión del esmalte de los dientes por tanta sensibilidad, caries y manchas. Por el contrario, si el nivel de la saliva es neutral, o más hacia básico, puede ayudar a fortalecer los dientes y a mejorar sus defensas en contra de las bacterias que causan caries.
Lo que comemos y bebemos es muy importante al momento de mantener un pH saludable en nuestra saliva. También cómo y cuándo consumimos estos productos, hacen una diferencia en el daño que pueden causar. Algunos ejemplos de comidas ácidas son los refrescos carbonatados, jugos y batidas cítricas. Por ejemplo, si tomamos refrescos por un tiempo prolongado, el daño a los dientes será significativamente mayor, en comparación a si tomamos un refresco y nos enjuagamos la boca. Por otro lado, si tomamos limón y nos cepillamos los dientes inmediatamente, será más dañino que si esperamos a que el ambiente en la boca se haya neutralizado un poco.
Otro punto importante a tomar en consideración es que algunos medicamentos pueden afectar el flujo de saliva, causando boca seca, por lo tanto, se altera el pH. Cuando el flujo de saliva es menor, la acidez aumenta por lo que es mucho más fácil desarrollar caries. Es importante que, si esto ocurre, lo hables con tu médico primario. Hay productos que pueden ayudar a mejorar el flujo de saliva y la humedad en la boca. También se podría hacer el análisis para considerar cambiar los medicamentos, si el daño es mayor que el beneficio.
Si estar pendientes de medidas de salud como el peso, la presión y el nivel de azúcar en la sangre son importantes, igualmente lo es velar por el pH en la saliva. Dedica un tiempo cada semana a mirar tu boca cuando haces la rutina de limpieza oral. Conoce cómo se ven tus dientes y los tejidos alrededor. Reconoce cuando hay cambios. Muchos de los cambios en la salud oral podemos verlos si hacemos este ejercicio semanal.
Cualquier cambio que notes, es importante discutirlo con tu dentista. Si conoces tus dientes, puedes aportar a la discusión de mantenimiento de tu salud oral y tu plan de tratamiento. Tu dentista puede orientarte sobre tus observaciones para que puedas distinguir entre lo que es normal y lo que es preocupante. Utiliza las herramientas que tienes para que, controlando tu nivel de pH en la saliva, puedas contribuir a tu sonrisa saludable.
La autora es directora médica de Servicios de Administración Dental de MCS.
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