



El curso de tratamiento para los pacientes que viven con artritis reumatoide se ha sofisticado con el paso del tiempo y la innovación en la industria farmacológica. Así lo informó la reumatóloga Sonialy Lugo Ruiz, quien aseguró que los medicamentos biológicos, como opción de tratamiento, disminuyen significativamente los marcadores de inflamación que se presentan excesivamente elevados en los pacientes con enfermedades autoinmunes como esta.

Según indicó la especialista, antes de determinar un programa de tratamiento, primero debe evaluarse la gravedad del trastorno en cada paciente, que puede clasificarse como leve o moderada a severa. Esto, resaltó, es importante porque cada clasificación requiere atención específica y un plan de tratamiento individualizado que se deriva de estudios radiográficos para monitorear erosiones óseas, de laboratorio, del historial de alergias y de la lista de medicamentos que consume el paciente.
A estos efectos, la reumatóloga aseveró que la comunicación entre el médico y el paciente es un aspecto neurálgico en esta trayectoria.
“El paciente debe sentirse cómodo con el medicamento recetado y su forma de administrarlo, ya que puede estar disponible de forma oral, como pastillas, inyecciones subcutáneas o infusiones. [Por ejemplo], si el paciente tiene fobia a las agujas, tenemos que buscar opciones que le funcionen porque, de lo contrario, no se va a administrar el medicamento”, sostuvo la reumatóloga, cuya consulta se ubica en el municipio de Aguadilla.
De acuerdo con Lugo Ruiz, los fármacos biológicos bloquean señales químicas, como la citoquina, y modifican las respuestas del sistema inmune, por lo que “impiden que esa cascada de inflamación descontrolada continúe haciendo daño a las personas que viven con enfermedades autoinmunes”, señaló. La galena señaló que los medicamentos biológicos se unen a receptores específicos, por lo que es muy importante entender los marcadores específicos que se quieren bloquear para reducir la inflamación y, por lo tanto, los síntomas asociados a este trastorno.
La especificidad característica de los tratamientos biológicos los convierte en una alternativa “sumamente segura y con efectos secundarios mucho mejor tolerados [en comparación con los] que anteriormente se usaban para tratar la artritis reumatoide”, afirmó la doctora. Añadió que estos no solo tratan la enfermedad y sus síntomas, sino que también previenen las complicaciones y deformaciones asociadas a la artritis reumatoide. Esta posibilidad, sostuvo, hace que actualmente “muchas veces ni se sepa quién padece este trastorno”.
Para entender los síntomas, la reumatóloga sugirió que toda persona que experimente dolor o inflamación en las coyunturas o dolor constante en las manos, los pies u otras coyunturas busque una evaluación médica con su médico primario o con un especialista en reumatología. Esto es necesario para determinar si el origen de los síntomas se debe a una enfermedad autoinmune. Insistió que esta práctica debe prevalecer incluso cuando “los laboratorios salen negativos”.
No obstante, ante la posibilidad de un diagnóstico positivo, la doctora Lugo Ruiz estableció que mantener un estilo de vida normal es posible, pues, según destacó, mantener una dieta adecuada, hacer ejercicio regularmente, disminuir el estrés y mantener una buena higiene del sueño son algunos de los hábitos que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario. Por tal motivo, con algunos cambios en el estilo de vida, junto con el uso de los medicamentos apropiados para cada caso, el objetivo es que los pacientes “puedan llevar una vida normal y hacer todo lo que quieran sin las complicaciones de la enfermedad”.
Para lograr este objetivo, una de las tareas de rutina que todo paciente puede realizar, además de hablar con su médico sobre los síntomas que enfrenta, es mantener un registro diario de los episodios de inflamación, incluyendo información detallada de cada episodio, así como su duración, su frecuencia y las articulaciones afectadas. “Esto ayuda al reumatólogo a decidir si hay que hacer algún cambio en los medicamentos y en el tratamiento en sí”, destacó Lugo Ruiz.
Por último, la reumatóloga recordó que el diagnóstico de la artritis reumatoide constituye un paso hacia el bienestar del paciente. Esto abre la puerta a buscar soluciones y tratamientos en el mercado, los cuales “son variados y traen muchos beneficios a los pacientes”, expresó, al recordar que esta enfermedad “no es un diagnóstico terminal. Hay que confiar en el médico y mantener una comunicación honesta para saber cómo apoyarles mejor”, puntualizó.
La doctora Sonialy Lugo Ruiz es board certified en medicina interna y reumatología con oficina en la Avenida Severiano Ruiz Cuevas #53, en Aguadilla. Para información y citas, llame al 787-551-4224.

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