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Salud Mental
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Esquizofrenia: alcanzar la estabilidad y recuperar la calidad vida es posible

Existen nuevos tratamientos que permiten la adherencia del paciente

24 de mayo de 2023 - 12:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
Los avances en los tratamientos permiten que las pacientes con esquizofrenia puedan tener una vida prácticamente normal. (Shutterstock)

Puede ver, oler y sentir cosas que nadie más ve o siente, porque no son reales, pero, para una persona con esquizofrenia, las alucinaciones y los delirios sí existen. Por consiguiente, se afecta la manera en que la persona piensa, siente y se comporta. Sin embargo, los avances en los tratamientos permiten que las pacientes con esta condición puedan tener una vida prácticamente normal, manifestó el psiquiatra Osvaldo Caro.

El doctor Caro explicó que la esquizofrenia es una condición crónica degenerativa del cerebro en la que la persona desarrolla una sintomatología que está definida entre síntomas positivos y negativos. Los síntomas positivos incluyen alucinaciones en los que la persona puede ver, oler y sentir cosas que no existen, pero se proyectan fuera de la persona como reales.

“Es muy distinto a cuando las personas expresan que escuchan una voz dentro de su cabeza, ese es el pensamiento de uno, pero las alucinaciones son externas, como si fuera otra persona real hablándote”, aclaró Caro.

Otro síntoma consiste en las ideas falsas que se conocen como delirios y son creencias fuertes y estructuradas, muchas veces irracionales, por ejemplo: que lo están persiguiendo o que es un ser de otro planeta. De igual forma, existe el trastorno de pensamientos, donde la persona piensa cosas que no tienen lógica, coherencia o sentido. Mientras que, de acuerdo con el especialista, los síntomas negativos se definen cuando la persona no toma decisiones por sí sola, se aísla y tiene problemas de concentración o dificultad para expresar sus emociones.

Refirió como el mito más frecuente el llamarle locura, decir que es una condición que no tiene remedio o creer que la persona no tiene posibilidad de recuperarse.

“Los tratamientos actuales han roto ese paradigma”, sostuvo, para agregar que ocurre lo mismo con la creencia de “que el esquizofrénico no tiene capacidad para aprender y sentir; eso es otro mito. Los nuevos tratamientos demuestran que son personas que piensan, sienten, ríen y lloran como lo puede hacer cualquier persona”, destacó el psiquiatra hospitalario con práctica en Ponce y Aibonito.

Además, aseguró que, actualmente, existen múltiples alternativas que se alejan de los primeros tratamientos, los cuales se limitaban a tranquilizar a la persona. Primero se crearon los antipsicóticos típicos que estabilizan al paciente para que, por ejemplo, puedan dejar de escuchar voces, pero, el doctor explicó que, desafortunadamente, no tocan el área cognoscitiva (afecto, pensamiento) y los aísla más todavía, por lo que no podían estudiar ni trabajar. Sin embargo, para el 1999, salió al mercado el primer medicamento antipsicótico atípico.

“La nueva generación de medicamento tiene la capacidad, no solo de mejorar los síntomas de alucinaciones y los delirios, sino que también mejora la capacidad cognoscitiva”, mencionó. Además, reconoció que la mayor razón para que una persona con esquizofrenia recayera es que cuando se sentía mejor abandonaba los medicamentos, por lo que se comenzó a desarrollar una serie de medicamentos inyectables de larga duración.

“Son una categoría nueva de medicamentos que tienen la capacidad de mantenerse en el cuerpo por un tiempo prolongado. En la actualidad, existe un tipo de medicamento que, con una sola inyección, puede durar hasta seis meses en el cuerpo. Entiéndase, que con solo dos inyecciones al año puedo mantener a un paciente estable y funcionando”, recalcó. Según Caro, los estudios demuestran que cerca del 90 % de los pacientes que reciben las primeras dos inyecciones del tratamiento, regresan a la tercera inyección, lo que era prácticamente imposible con los tratamientos orales.

“Anteriormente, se invertía mucho tiempo tratando de estabilizar al paciente y educándolo. El énfasis era en la adherencia al tratamiento, prevenir que recayera y evitar las hospitalizaciones. Ahora, al mejorar el afecto, los sentimientos y la conciencia del paciente sobre su condición, se puede dedicar el tiempo a la terapia para integrarlo a la sociedad. Tenemos muchos casos de pacientes que lograron pasar de ser disfuncionales a trabajar”, manifestó.

En consecuencia, se enfatiza más en la educación a la familia, que, según Caro, era un área que se había descuidado, ya que la gran mayoría de los pacientes estaban descompensados y los familiares se drenaban emocionalmente. “Ahora, los familiares se adentran activamente en el tratamiento del paciente para aportar en el cumplimiento y crear vida familiar, lo que no existía”.

Desde que estas alternativas de medicamento están disponibles, las familias mejoraron tanto que se pueden llevar una vida prácticamente normal entre los pacientes y su entorno, contrario al pasado, cuando no podían salir o viajar, porque el paciente no podía socializar. A tales efectos, el llamado del psiquiatra es a buscar ayuda, porque hay cobertura por parte de los planes médicos e, incluso, muchos pacientes que se benefician sirven de coach para otros pacientes.

“No es lo mismo que una persona con esquizofrenia le diga a otra “mira cómo estoy [mejorando] por mi tratamiento”, antes era imposible. Hoy, existen grupos de autoayuda donde los pacientes educan a otros para que sepan que, verdaderamente, se puede mejorar la adherencia y la calidad de vida”, concluyó.

La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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