PRESENTADO POR
Susan G. Komen
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El cáncer no define la sexualidad

No te niegues nunca a tu sexualidad y no permitas que otros lo hagan imponiéndote limitaciones

27 de septiembre de 2022 - 12:26 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
La sexualidad humana no es solo genitalidad, procreación o placer, ni tampoco es algo malo. Es por esta razón que tampoco la podemos atar a un cuerpo perfecto, completamente funcional o atractivo. (Shutterstock)

Para tener un gran disfrute sexual debemos descubrir la dimensión humana de la sexualidad. Es esa dimensión humana la que nos ayudará a lograr un disfrute sexual pleno y libre de prejuicios o limitaciones físicas y sociales que no nos hacen felices. Definir qué es sexualidad humana es una de las tareas más difíciles de lograr.

La mayoría de las personas limitan su sexualidad a su genitalidad y la igualan a la palabra sexo. La palabra sexo se refiere al componente biológico de ser hombre o mujer. Por lo tanto, la manifestación de tu sexualidad no depende de este, sino de ti, de tu persona, de lo que te gusta, de lo que deseas y lo que decides que quieres compartir con otra persona.

Sabemos que, socialmente, el sexo es la relación coital entre dos personas, independientemente de su edad, género, capacidad corporal y deseo sexual. Es una manifestación mecánica designada socialmente para la procreación, negando su función para generar placer y disfrute sexual. Si se toma esta definición como referencia se debe concluir que la sexualidad humana no es sexo.

La sexualidad humana es ser persona, es lo que me distingue de otra y me hace feliz. Sabemos que la sexualidad es parte de todos los seres humanos. Esta nos acompaña desde que nacemos, hasta el momento en que morimos y tampoco se retira ni desaparece. La sexualidad incluye conocimientos, creencias, actitudes, valores y comportamientos. En una definición simple: es una parte integral del ser humano que abarca el sexo, la identidad, la intimidad, el placer, la reproducción y la orientación sexual.

La sexualidad humana no es solo genitalidad, procreación o placer, ni tampoco es algo malo. Es por esta razón que tampoco la podemos atar a un cuerpo perfecto, completamente funcional o atractivo. Cada quien define cómo disfrutará su sexualidad, a qué le dará prioridad, y qué le hará manifestar y dejar al descubierto sus caras de placer sin miedo ni limitaciones.

Pasemos a algunas recomendaciones para que puedas disfrutar de tu sexualidad plenamente. Primeramente, debes conocer que la sexualidad se fundamenta en el erotismo. El erotismo depende de los cinco sentidos: vista, gusto, olfato, audición y tacto. Debes conocer cuál es el sentido que te complementa mejor y hace que tu manifestación sexual sea increíble.

El erotismo es propio de los seres humanos, y está al servicio del placer, el amor y la comunicación. Esta combinación no niega que puedes sentir placer sin sentir amor y que puedes amar, provocando un placer pleno e intenso. Lo que no puedes negar es el rol fundamental de la comunicación para dejar saber qué te gusta, qué te emociona y, a la vez, qué te disgusta o, simplemente, no lo quieres en tu lecho sexual. Todas las personas se estimulan a través de los sentidos, mediante la percepción de lo externo y lo interno. Es lo que creas en tu cabeza lo que te permitirá tener un disfrute completo y evitar que sean tus miedos los que dominen tu manifestación sexual.

Ya expusimos que la sexualidad no está fundamentada en la procreación. La sexualidad liberada del proyecto de reproducción y de genitalidad obligatoria es la que te llevará al deseo sexual en su más alta manifestación. Es un enriquecimiento cultural del acto sexual y de todo lo que lo rodea. Supera a tu cuerpo porque rescata tu mente y, junto a esta, a tus fantasías, que te ayudarán a superar cualquier limitación física, mental o social sostenida por nuestras familias y medio ambiente. Es cómo expresamos nuestra sexualidad; lo que se es y lo que gusta, lo que consideramos agradable y lo que nos estimula. Es la dimensión humana de la sexualidad.

Por otro lado, tenemos el comportamiento erótico. Es el comportamiento de búsqueda consciente y voluntaria de placeres intensos, principalmente de emoción erótica y goce, disfrute (orgasmo). Comprende sensaciones iniciales y principalmente causadas por el estímulo físico del cuerpo. Sus características dependen principalmente del contexto sociocultural. Por lo tanto, está formado por componentes biopsicosociales. Se refiere al pensar o hacer cosas que la persona autodefine como sexuales. Esta actividad sexual se clasifica según el objeto con que se interactúa y según el tipo de actividad.

La manifestación sexual y el orgasmo son actividades necesarias para nuestro cuerpo, lo mantiene lubricado, saludable, funcional y útil. Energiza nuestro ser y nos hace recordar que el placer es parte de nuestras vidas y no debemos negarnos a él. Muy por el contrario, debemos amarrarlo a nuestro diario quehacer, pero, sobre todo, debemos activar todos nuestros botones eróticos que marcarán un antes y un después dentro de lo que somos como seres sexuales.

Sostengamos la ecuación sexual y evaluemos con frecuencia cómo está. Recuerda: Erotismo + nuestros 5 sentidos = placer.

La autora es sexóloga.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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