Las paredes en los pasillos del coliseo Arquelio Torres Ramírez en San Germán están forradas de historia.

En cada rincón se aprecian, mediante fotografías, los 95 años de tradición de los Atléticos en el Baloncesto Superior Nacional (BSN), desde la década de 1930 hasta el presente.

Una de las ediciones más icónicas del “Monstruo Anaranjado” en la denominada “Cuna del Baloncesto” fue rememorada y honrada en la noche del viernes, cuando la mayoría de los jugadores y cuerpo técnico del quinteto campeón de 1985 retomó el tabloncillo.

Previo a un partido contra los Cangrejeros de Santurce, el excentro José “Piculín” Ortiz, el dirigente Flor Meléndez y el otrora apoderado Armandito Torres, entre otros, fueron homenajeados por la gesta alcanzada hace 40 años.

Fue dicho cetro el que acabó con una sequía campeonil de 35 años en la “Ciudad de las Lomas”, el undécimo de los 14 trofeos que los Atléticos ostentan en el BSN. El equipo lo logró precisamente en el año de apertura del Coliseo Arquelio Torres Ramírez.

A la ceremonia también asistieron los exjugadores Roberto “Bobby” Ríos, Eduardo Brinn y Josean Báez. Se excusaron Alfred “Butch” Lee y Manolo Cintrón.

“Siempre es nostálgico este tipo de actividad. No es en vano. Fueron muchos años que estuvimos aquí. Muchos años que confirmaron la grandeza de la ‘Cuna’ como ciudad de buen baloncesto“, dijo Ortiz en su primera visita a la instalación desde su diagnóstico de cáncer de colon en 2023. La misma donde cuelga en las alturas su número cuatro.

“Estamos muy agradecidos de este pequeño homenaje. Pensar en todos los partidos que tuve aquí. Se agradece mucho. Después de 40 años, el aplauso nuevamente es bien recibido”, añadió el también exolímpico.

En el sexto juego de aquella serie final, Ortiz, con apenas 22 años, fue el héroe del partido al acumular 35 puntos y capturar 17 rebotes frente a unos Mets de Guaynabo liderados Federico “Fico” López y Mario “Quijote” Morales.

Meléndez, el dirigente con más victorias en la historia del BSN, fue contratado por Torres desde Carolina para la postemporada en sustitución de Tom Nisalki.

Estrenándose en las líneas en San Germán, ganó su primer campeonato de tres (tuvo luego dos con los Vaqueros de Bayamón en 1995 y 1996). El equipo, con récord de 17-13, clasificó a la postemporada mediante una miniserie, y batalló en cuartos de final y la semifinal para llegar al baile de coronación.

Los Atléticos jugaron para marca de 15-5 en los playoffs, y en el camino eliminaron, en orden, a los Indios de Mayagüez, a los Criollos de Caguas, a los Vaqueros (líderes del torneo) y a los Titanes de Morovis, antes del pareo en la final contra Guaynabo.

“Estaba comenzando en la liga en Carolina, y Armandito se inventó un cambio de coach (ríe). Caímos aquí de bateador emergente en un equipo que no estaba bien. Tenía un trabuco pero no cuajaba, no se sabía qué pasaba. Gracias a Dios, pudimos enganchar y se hicieron cargo de esto. Creo que es uno de los mejores equipos que he podido dirigir”, recordó Meléndez, de 78 años.

“Eso no se olvida. Bien contento de que se hayan acordado de nosotros, compartiendo con todos los muchachos que hacía rato que no los veía. No puedo olvidar porque fue mi primer campeonato, y las amistades que hice en San Germán es una cosa increíble. Una fanaticada que no se olvida de uno. Estamos bien agradecidos”, añadió el veterano entrenador.

Después del campeonato de 1985, San Germán regresó a la cima del BSN en 1991, 1994 y 1997; el último liderado por Eddie Casiano, actual dirigente del conjunto sangermeño.

“Es algo histórico. Después de los 35 años que no habían llegado campeones, lo hicieron con cancha nueva y jugadores históricos. Es gratificante verlos porque ellos comenzaron a abrir la puerta para nosotros, ‘los nenes’ que subimos después, en los noventa. Yo soy fanático, hermano, hijo de ‘Bobby’ Ríos. Fue una de las personas que más seguí cuando jugaba la posición dos porque era un combo. Tengo muchas cosas de ‘Bobby’ que me ayudaron en mi carrera. Siempre (siento) un respeto por lo que ellos hicieron“, apuntó Casiano.