Brandon Nimmo fue el primero. Después, el boricua Edwin “Sugar” Díaz y Pete Alonso, en días consecutivos de reuniones invernales de béisbol.

Tres favoritos de la afición se marcharon en dos semanas y media: un duro golpe para los furiosos aficionados de los Mets de Nueva York, que se preguntaban qué estaría pensando la directiva.

Mientras el club se embarca en una importante renovación, basta con decir que el dueño Steve Cohen y el presidente de operaciones de béisbol, David Stearns, no son la pareja más popular en Queens en este momento.

“Soy muy optimista sobre el rumbo que tomará nuestra temporada baja”, dijo Stearns el martes en Florida, antes de la noticia de la firma de Alonso con Baltimore.

“Sin duda, tenemos trabajo por hacer, pero hay muchos buenos jugadores. Estoy seguro de que nos gustará el estado en que se encuentra nuestro equipo una vez que llegue el día inaugural”, agregó.

¡Qué diferencia tan grande es cada año!

Cohen y Stearns fueron la sensación en diciembre pasado, superando a los Yankees de Nueva York por el preciado agente libre Juan Soto, con un contrato récord de $765 millones.

Esto llegó justo después de una emocionante e inesperada llegada a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional de 2024, luego de que Stearns anotara un golazo con varias adquisiciones inesperadas durante su primer año al mando: Sean Manaea, Luis Severino, José Iglesias y Tyrone Taylor.

Sin duda, con el presupuesto de Cohen y la inteligencia de Stearns, los Mets estaban listos para dar un gran golpe a la Gran Manzana en los años venideros.

¡Al diablo con los Yankees! ¡Aviso a los Dodgers! ¡Olvídense de los Phillies!

Pero mientras sus principales rivales seguían prosperando este año, los Mets terminaron con un récord de 83-79 y se quedaron fuera de los playoffs. El segundo equipo con mayor gasto en el béisbol, con $429 millones en nómina e impuesto de lujo proyectado, tuvo un récord de 38-55 en un colapso impactante tras construir el mejor récord de las Grandes Ligas (45-24) hasta el 12 de junio.

Al día siguiente de terminar la temporada, Stearns asumió la responsabilidad por no haber llegado a la fecha límite de cambios y Cohen se disculpó con los aficionados en redes sociales. El cuerpo técnico bajo el mando de Carlos Mendoza fue rápidamente renovado.

Muchos pensaron que Cohen, uno de los dueños más ricos del deporte, rápidamente usaría su abultada cartera este invierno, al menos para evitar que Díaz y Alonso se fueran en la agencia libre. Pero eso no ha sucedido.

“Steve nos da todo lo que necesitamos”, dijo Stearns esta semana. “Tenemos muchos recursos. Ningún equipo tiene recursos infinitos”.

Después de que los Mets firmaran al relevista Devin Williams, dos veces All-Star, con un contrato de $51 millones por tres años, Díaz acordó un contrato de $69 millones por tres años con los Dodgers de Los Ángeles, campeones de la Serie Mundial, sujeto a un examen físico exitoso.

Los medios indicaron que Nueva York no superó la oferta solo por unos $3 millones por Díaz, quien llegó en 2019 y ocupa el tercer lugar en la historia de la franquicia con 144 salvamentos.

El miércoles se supo que Alonso había acordado un contrato de $155 millones por cinco años con Baltimore, según informó a The Associated Press una persona con conocimiento de las negociaciones. La persona habló con AP bajo condición de anonimato porque el acuerdo estaba pendiente de un examen físico.

La persona dijo que los Mets expresaron interés en retener al toletero primera base, lo cual hicieron la temporada baja pasada, pero decidieron esperar a ver qué sucedía entre Alonso y otros equipos en lugar de presionar para que lo contrataran ellos mismos.

“Estoy estupefacto”, dijo el analista de transmisiones de los Mets y exlanzador Ron Darling en MLB Network.

Quizás ahora se metan en la carrera por Kyle Tucker, por un bateador de verdad en los jardines. Pero es que estos dos últimos días deben ser muy duros para la afición de los Mets.

Todo esto después de que Nimmo, el entusiasta jardinero y el jugador con más años en el equipo, renunciara a la cláusula de no intercambio de su contrato el mes pasado y aceptara un acuerdo con Texas por el segunda base ganador del Guante de Oro, Marcus Semien.

“Son tres jugadores increíblemente geniales, queridos por la afición, que han demostrado que pueden lanzar o jugar en Nueva York. No es fácil, ¿verdad?”, dijo Darling. “Y ahora, todos se han ido”.

Alonso y Nimmo se combinaron para 63 jonrones y 218 carreras impulsadas la temporada pasada.

“Ya le han pagado a Soto (765 millones de dólares) para que reciba 150 bases por bolas el año que viene”, dijo Darling.

Stearns creció en Manhattan animando a los Mets, y Cohen era un ferviente aficionado incluso antes de comprar el club hace cinco años. Sin embargo, han mostrado poco sentimentalismo a la hora de valorar a sus jugadores estrella, y Stearns declaró tras el traspaso de Nimmo que “correr con exactamente el mismo grupo no era lo correcto”.

En las últimas semanas surgieron rumores de tensión en el vestuario, aunque Mendoza cuestionó esa idea.

Alonso ostenta el récord de la franquicia con 264 jonrones. Él y Nimmo se unen a una notable lista de jugadores locales incondicionales de los Mets que finalmente se fueron a otro equipo, desde Tug McGraw, Tom Seaver, Jerry Koosman y Jon Matlack hasta Darryl Strawberry, Dwight Gooden, José Reyes y Jacob deGrom.

David Wright sigue siendo uno de los pocos jugadores estrella de posición que ha pasado toda su carrera vistiendo el uniforme azul y naranja.

La presión sobre Stearns, un éxito en un mercado pequeño en Milwaukee, ahora aumenta exponencialmente para cubrir varias deficiencias importantes y reconstruir un equipo contendiente.

El tercera base Mark Vientos podría pasar a primera base como reemplazo de Alonso, pero los planes específicos de Nueva York no están claros. Y cuantos más jugadores de calidad se vayan, más difícil será convencer a los agentes libres de que los Mets están actualmente preparados para ganar.

Esto es seguro:

La defensa y el corrido de bases son prioridades para Stearns.

Parece muy reacio a dar contratos superiores a tres años a jugadores de 30 años.

Y cree en poner a los jóvenes en el campo, buscando flexibilidad en la plantilla y espacio en posiciones que brinden oportunidades de juego a los bateadores prometedores en un sistema de ligas menores altamente valorado, como Carson Benge, Jett Williams y Ryan Clifford.

“Nuestros recursos aquí son una enorme ventaja”, dijo Stearns.

“Y mientras los asignemos inteligentemente, seguirán siendo una enorme ventaja”.