Ni la lluvia ni el calor extremo empañaron la actividad de bienvenida que el municipio de Bayamón y el Parque de las Ciencias Luis A. Ferré tenían preparada para la meteoróloga Deborah Martorell. Esta tarde, tras su regreso a la isla convertida en astronauta, la tripulante de la misión NS-34 de la empresa Blue Origin fue recipiente de múltiples reconocimientos y el cariño de su gente.

La fiesta en honor a la primera meteoróloga en viajar al espacio comenzó desde el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Allí, la jefa del tiempo de “Las noticias” de TeleOnce emprendió una caravana con la que cumplió otra misión.

Esta vez, la periodista debía entregarle al alcalde de San Juan, Miguel Romero, uno de los objetos que llevó al espacio. Según contó, se trataba de “algo que no se podía perder, que no se podía dañar y que debía cuidar como un tesoro porque es un tesoro, es la medalla del Quinto Centenario de San Juan”.

Aunque breve, el encuentro sirvió para que el primer mandatario de la Ciudad Capital le diera las gracias en público a la comunicadora por el “favor”. Martorell, a su vez, se mostró aliviada al poder traer la medalla de vuelta y “a salvo”.

“Fíjense que Deborah nos hizo el favor de llevar al espacio lo que el municipio diseñó para los 500 años de historia de San Juan, una de las ciudades más antiguas de todo este hemisferio. Así que, esta medalla de los 500 años de San Juan tiene un valor especial y ahora también es parte del Museo de San Juan donde se preservan todas las obras y piezas importantes por todo el futuro y por todos los años que vienen, pero ahora también demuestra que gracias a una gran mujer de la ciudad capital ya tuvimos 500 años, pero ya estamos escribiendo capítulos en el espacio de nuestros próximos 500 años”, expresó Romero.

La fiesta en el Parque de las Ciencias comenzó a las 3:00 p.m. Allí, decenas de puertorriqueños esperaban con entusiasmo a “una mujer que rompió barreras”, “que es inspiración” y “que llevó a Puerto Rico a las estrellas”, según contaron a El Nuevo Día.

Niñas como Kareliz de Bayamón, Sofía de Barranquitas y Nicole de Caguas ahora quieren ser astronautas “como Deborah Martorell”, revelaron con orgullo. Precisamente, con ellas y con el resto de la niñez en mente, la apasionada de las ciencias aseguró que próximamente dará a conocer algunos proyectos.

Finalmente, a las 5:00 p.m., media hora después de lo esperado, las sirenas de la Policía de Puerto Rico anunciaron la llegada de la comunicadora. De inmediato, el alcalde de Bayamón junto a la primera dama, Narel Waleska Colón, escoltaron a la homenajeada hasta el edificio aeroespacial.

“Haber llegado allá arriba imagino que para ella debió haber sido un evento extraordinario que ahora servirá para entusiasmar a niños y jóvenes”, manifestó el alcalde. Acto seguido, la meteoróloga fue sorprendida con la noticia de que el edificio aeroespacial también llevaría su nombre.

La emoción continuó en Claro Space, el domo inmersivo que proyecta imágenes en 360 grados. Los presentes le dieron la bienvenida a Martorell con aplausos y gritos.

“Qué emoción. Significa mucho para mí. Disculpen que me emocione, pero es que significa mucho para mí el que ustedes estén aquí, el cariño, y me recuerda lo importante de lo que se hizo y se va a seguir haciendo ahora. La misión comenzó cuando esa cápsula aterrizó, demostrarles a todos ustedes que no importa lo que pasen en la vida, ustedes pueden lograr todos sus sueños. Van a haber piedras en el camino, van a suceder cosas que ustedes no pensaban, pero confíen mucho en Dios y en ustedes, que ustedes pueden, y yo sé que vamos a ver a muchos niños, jóvenes, hombres y mujeres que van a cumplir todos sus sueños”, subrayó sin poder contener el llanto.

El acto protocolar, que contó con la animación del presentador Pepe Calderón, concluyó con un intercambio de obsequios muy especial. Tal y como prometió más temprano, la astronauta comenzó la misión de entregar las 78 banderas de los municipios de la isla que viajaron con ella al espacio.

Rivera Cruz, por su parte, honró a Martorell con la medalla de la ciudad de Bayamón. “Hay mucho trabajo por hacer en el Parque de las Ciencias y en todo Puerto Rico”, comentó a modo de agradecimiento.

En un aparte con este diario, la reportera se describió “sorprendida y emocionada” por el recibimiento. Asimismo, reiteró que “este es tan solo el comienzo y que valió la pena el viaje”.