Hato Rey - Con una noche para la historia, Bad Bunny cerró el domingo con broche de oro la residencia “No me quiero ir de aquí” en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, marcando un hito en la música y la cultura de la isla.

“¡Bienvenidos a Puerto Rico! Estamos a mitad de septiembre, estamos en verano, porque en Puerto Rico es verano todo el año”, exclamó el reguetonero nuevamente ante casa llena la noche del domingo, 14 de septiembre, en la última función, que dio comienzo a las 8:30 de la noche.

Durante poco más de tres horas, Benito Antonio Martínez Ocasio ofreció un espectáculo lleno de emociones —desde alegres y eufóricas, hasta nostálgicos y melancólico— ante un público que le demostró una vez más su apoyo y fue ese impulso de energía para que lograra finalizar de manera exitosa la noche, que catalogó como inolvidable.

Uno de los momentos más esperados en todas las presentaciones —y, por supuesto, la final no podía ser la excepción— era conocer quiénes eran las celebridades invitadas a la casita.

Para culminar, Bad Bunny decidió regresar a donde todo comenzó, cuando anunció el lanzamiento de su más reciente producción discográfica “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” y presentó al indiscutible protagonista de su cortometraje, el cineasta y actor puertorriqueño Jacobo Morales, quien, de manera simbólica y dándole continuidad a la narrativa del cortometraje, “regresó” a su casa.

Durante su aparición por la puerta fue recibido con una merecida ovación por parte del público, que coreaba al unísono: “Jacobo, Jacobo”. Luego llegó Bad Bunny, se fundió en un abrazo con él, y ambos intercambiaron algunas palabras sin micrófono, quedando su contenido entre ellos dos.

“¿Dónde está la gente de Puerto Rico esta noche? Ustedes me tienen que demostrar con su energía que son de Puerto Rico, porque eso se nota desde lejos y se siente”, preguntó antes de elegir a la fanática encargada de encender por última vez el fiestón en la casa rosada al gritar: “¡Acho, PR es otra cosa!”.

“Los que están de visita hoy van a ver cómo es Puerto Rico. Hoy es la última noche de esta residencia, y la presión está fuerte para quien le dé ‘play’ a la próxima canción”, dijo, dando paso a “VOY A LLeVARTE PA PR”.

Otros famosos que hicieron acto de presencia en el balcón lo fueron el rapero estadounidense Travis Scott, el exbaloncelista Carmelo Anthony y el líder de la “Tribu de Abrante”, Hiram Abrante.

“Se siente el efecto de estar en casa con los míos”, dijo el Conejo Malo antes de entonar uno de sus éxitos, “Efecto”.

Durante la velada entonó temas como “ALAMBRE PÚA”, “KETU TeCRÉ”, “EL CLúB”, “PIToRRO DE COCO”, “El apagón”, “WELTiTA”, “KLOuFRENS”, “Si estuviésemos juntos”, “Amorfoda”, “Solo de mí”, “BOKeTE” y “TURiSTA”, así como algunos de sus grandes éxitos: “Tití me preguntó”, “Me porto bonito”, “Bichiyal”, “Yo perreo sola” y “Safaera”, entre otros.

Al techo de la casita rosada regresaron nuevamente los emergentes exponentes del género Omar Courtz y Dei V para juntos cantar “VeLDÁ”.

El jolgorio continuó con la entrada de Los Pleneros de la Cresta, quienes interpretaron “CAFÉ CON RON”, poniendo a bailar plena a todo el mundo.

Un momento anhelado por los puertorriqueños era la aparición de uno de los más importantes trovadores de la isla para interpretar el poderoso tema social “LO QUE LE PASÓ A HAWÁII”, y qué mejor manera de culminar la última función que con Andrés Jiménez “El Jíbaro” sentado en la icónica silla de plástico blanca ubicada en la montaña.

“Aquí está Benito Antonio, que es un jíbaro también. Los ancestros borincanos le echan la bendición para que siga cantando y siga poniendo en alto su bandera y su nación. ¡Coño, despierta boricua!”, expresó el trovador, mientras recibía la ovación del público.

“¿Quisieran volver, sí o no? Ya no hay más na’, se acabaron, pero ustedes pueden volver aquí cuando ustedes quieran, son bienvenidos”, comentó ante los fanáticos, quienes levantaban banderas de distintas nacionalidades.

Cerca de las 11:00 p.m., Benito regresó a la tarima principal para cantar “BAILE INoLVIDABLE” y “Callaíta”, acompañado de la orquesta Los Sobrinos de Puerto Rico.

Con evidente emoción, el artista agradeció el apoyo incondicional de su público, que lo acompañó en cada presentación, convirtiendo este ciclo de conciertos en una celebración sin precedentes de su carrera y de su conexión con Puerto Rico.

“Cuando desde chiquito soñaba con hacer esto, sabía que todo lo que trabajara con cariño y con pasión, lo podía lograr, pero todo esto superó mi propio sueño”, comentó Benito entre lágrimas.

“Gracias por tanto amor, por tanto cariño. Gracias por ponerme aquí, lo voy a agradecer toda la vida, hasta el día que ustedes quieran y hasta el día que Dios quiera. Y como dice la canción, por favor, no se olviden de eso: mientras estemos vivos debemos de amar lo más que se pueda. A los que se fueron un día de aquí de Puerto Rico soñando con volver y a los que todavía seguimos aquí, no me quiero ir de aquí, seguimos aquí. Gracias”.

“DeBÍ TiRAR MáS FOToS”, “LA MuDANZA” y “Chambea” –en una versión salsa como una ñapa para su gente– fueron los temas finales de la noche, dando por finalizada la residencia.

Desde el pasado 11 de julio, el Conejo Malo hizo del Coliseo de Puerto Rico su hogar y recibió a miles de visitantes de todas partes del mundo para formar parte de las 30 funciones —todas con un show único e irrepetible—, lo que llevó a muchos a regresar al Choliseo en más de una ocasión.