Nueva York - Marian Rivman está a punto de cumplir 80 años. Harriet Luria tiene 83 años y está orgullosa de ello. En este trío, Carol Leister es la más joven con 62 años. Juntas, tienen décadas de experiencia con el yoga. Solo que ahora, involucra una silla.

El yoga en silla adapta las posturas tradicionales de yoga para personas mayores y otras con desafíos físicos, pero las tres devotas dijeron después de una clase reciente que eso no significa que no sea un entrenamiento de calidad. A medida que los adultos mayores se han vuelto más activos, el yoga en silla ha ganado popularidad.

“Estás estirando todo tu cuerpo”, ofreció Rivman. “Lo que puedes hacer en la silla es un poco más indulgente para las rodillas y las caderas. Entonces, a medida que envejeces, te permite entrar en posiciones que estabas haciendo antes sin hacerte daño”.

Sentarse para hacer ejercicio, o pararse mientras se sostiene de una silla para realizar algunas posturas, puede no sonar como un entrenamiento, pero Rivman, Luria, Leister y practicantes de todo el mundo ven un mundo de beneficios.

“Lo empecé porque tengo osteoporosis y el yoga en silla es mucho más fácil”, dijo Luria. “No tienes que preocuparte tanto por caerte y romperte algo. No es tan difícil como pensé que sería, pero no es fácil. Y realmente usas tus músculos. Es un excelente entrenamiento.”

El yoga en silla está claramente dirigido a mujeres mayores, que constituían la clase donde las tres amigas del yoga se reunieron en el Marlene Meyerson JCC en el Upper West Side de Manhattan. Pero la práctica también tiene mucho que ofrecer a otros, dijo su instructora, Whitney Chapman.

Los trabajadores de oficina pueden aprovechar 15 minutos de yoga en silla, por ejemplo. Muchas empresas lo ofrecen como una forma de reducir el estrés y mejorar la salud en general. Y las personas que se están recuperando de una cirugía o lesiones pueden no estar listas para bajar a una colchoneta de yoga, pero pueden estirarse en una silla.

“Conozco a estas damas probablemente de 18 a 20 años. Y la primera vez en una clase de yoga que traje la silla, todos mis alumnos dijeron que no querían yoga geriátrico. No soy una persona mayor”, dijo Chapman.

“Y luego vieron que tener una silla es tan bueno como una correa de yoga, un bloque de yoga. Es otro accesorio que te va a ayudar a hacer lo que quieres hacer. Entonces, no es necesariamente porque seas mayor, sino que puede ser útil. Y no significa que seas geriátrico solo porque estés sentado en una silla.”

Los beneficios son muchos, dijo Chapman: mejor flexibilidad, fuerza, equilibrio. Y está el bienestar emocional general que reportan los practicantes de yoga en general. Es particularmente útil para personas con problemas de movilidad o dolencias crónicas como artritis o dolor de espalda. Chapman también enseña yoga a pacientes con cáncer y enfermedad de Parkinson.

Además de los beneficios restaurativos y otros, la práctica del yoga en silla puede ayudar a mejorar la postura para personas de todas las edades y habilidades, y ayudar a las personas mayores a prevenir caídas.

Leister se jubiló recientemente.

“He estado buscando todo tipo de ejercicios para hacer y este es uno de ellos”, dijo. “Este es el que podría ver haciendo por el resto de mi vida, mientras que algunos que son un poco más extenuantes es posible que no pueda hacer en el futuro.”

El yoga tradicional se originó hace más de 5,000 años en la India. Muchas de las posturas que se usan hoy en día también tienen esa antigüedad. Puede ser tanto espiritual como físico, y eso también se aplica a su descendiente en silla. Los movimientos precisos están vinculados a una respiración deliberada y purificadora.

Rivman ha estado haciendo yoga durante unos 50 años.

“Una vez que comienzas y obtienes lo que hace por tu cuerpo, no quieres renunciar. Y si hay una manera de que puedas seguir haciéndolo y seguir haciéndolo de manera segura, esa es una elección que vas a hacer”, dijo.

La práctica del yoga, incluido el yoga en silla, ha ido en aumento en los Estados Unidos durante los últimos 20 años. En 2022, el porcentaje de adultos de 18 años o más que practicaron yoga en los últimos 12 meses fue del 16.9%, con porcentajes más altos entre las mujeres de 18 a 44 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.

Las mujeres tienen más del doble de probabilidades que los hombres de practicar yoga, según los datos. El porcentaje de adultos que practicaron yoga para tratar o controlar el dolor disminuyó con el aumento de los ingresos familiares.

Los CDC no desglosaron el yoga en silla para su análisis, pero recomiendan que los adultos de 65 años o más se concentren en actividades que mejoren el equilibrio y la fuerza. Eso, dijo la agencia de salud, se puede lograr a través de varios ejercicios, incluido el yoga en silla.

Chapman y sus estudiantes tienen ideas sobre por qué más hombres no practican yoga. Tradicionalmente, dijo Chapman, la práctica estaba reservada para los hombres, pero a medida que el yoga se occidentalizó, las mujeres se hicieron cargo.

“Las mujeres tienden a ser más orientadas al grupo. Me encantaría ver más hombres en clase. Tengo algunos. No sé si están intimidados, pero ya sabes, es una gran manera de conocer mujeres si todos están solteros”, dijo Chapman con una sonrisa.

Luria teoriza que menos hombres se sienten atraídos por el yoga porque no es un deporte competitivo.

“Realmente estás trabajando a tu propio nivel”, dijo. “Quita la competencia y no es lo suyo”.

Estos practicantes de yoga en silla tienen muchos consejos. Rivman lo resumió mejor: “Siéntate en una silla y haz algo de yoga. No tienes que ponerte de cabeza, pero tienes que moverte. Nunca eres demasiado viejo para empezar”.