No creas en nada ni en nadie. Cuestiona, pregunta, analiza, pero no pongas tu fe en dogmas, fanatismos o seres que se autodenominan iluminados. Cree en tu Dios interior, descubre su reino en tu propio corazón. Visualiza con exactitud lo que quieres, da por hecho que ya lo tienes y que es tuyo, confía en ti.